Se trata del pueblo más silenciado en las fuentes antiguas, quizá por su escasa significación durante el proceso de conquista romana. Las pocas menciones referidas a los turmogos se deben, en unos casos, a fuentes de carácter geográfico-topográfico, de Plinio, Estrabón, Ptolomeo, Itinerario de Antonino o el Anónimo de Rávena; en otros, a citas históricas en relación con la implicación de este territorio en las campañas contra cántabros y astures, en época de Augusto, recogidas en la obra de Floro y Orosio.
La arqueología ve la formación de este pueblo en el tránsito del Bronce a la Edad del Hierro con el aporte de elementos de origen celta, especialmente en los poblados cercanos a los valles de los ríos y en zonas llanas.
Los límites geográficos de este pueblo estaban prácticamente en la actual provincia de Burgos. Al norte limitaban con los cántabros en la zona del Páramo de Lora; hacia el Este y Noreste, por la Sierra de la Demanda, Montes de Oca y Salas de los Infantes, con los Autrigones. Al Oeste eran vecinos de los vacceos, a lo largo de los ríos Odra, Pisuerga y Arlanza. Sus límites meridionales serían con los Vacceos y Arévacos, a través de una línea imaginaria entre Solarana y Hortezuelos.
La distribución del poblamiento turmogo por este territorio es de dos tipos. Poblados en zonas altas, superiores a 1.000 metros, de economía ganadera; y asentamientos en zonas de páramo dominando alguna cuenca fluvial, en algunos casos con elementos (defensivos como murallas, y en los que la actividad económica estuvo más desarrollada, combinando la ganadería con una importante agricultura cerealística.
Las principales ciudades de los Turmogos aparecen mencionadas en obras geográficas y guías de caminos antiguas. Ptolomeo I cita en primer lugar Ambisma, cuya localización no es precisa, si bien se tiende a situarla fuera de la provincia de Burgos, entre Herrera de Pisuerga y Carrión de los Condes. Otro núcleo es Braum, cuyo emplazamiento igualmente presenta diversas hipótesis. La más antigua la identifica con Burgos capital, mientras que hoy tiene más adeptos su ubicación en Huérmeces, Ubierna o La Nuez de Abajo, siendo esta última la que a nosotros nos parece más viable, por su situación estratégica en el Valle del Río Urbel, por la potencia del yacimiento y por su continuidad en época romana. Deobrigula es otra ciudad mencionada es obras geográficas y también en el Itinerario de Antonino y en el Anónimo de Rávena, como mansión de la vía oficial romana 32. Su localización, discutida antiguamente, no ofrece actualmente ninguna duda: se debe identificar con Tardajos, en cuyo término se localiza, en la zona de "El Castro", el primitivo asentamiento con materiales que se remontan a finales de la Edad del Bronce hasta finales del siglo I a.C., fecha en la que se traslada el poblado a la zona de vega que rodea Tardajos, con una secuencia cronológica que llega hasta finales del siglo IV o comienzos del V d.C. Otra ciudad, mencionada sólo en el Anónimo de Rávena es Mancellus, cuya atribución más probable sea la de Lerma, localidad que estaba atravesada por una vía romana que desde Clunia enlazaba con la 32 que pasaba por Tardajos, y en la que actualmente hay incluso una ermita dedicada a la Virgen de Mancelus. Aunque para Ptolomeo Pisoraca (Herrera de Pisuerga) sea una ciudad turmoga, la evidencia histórica actual hace que la incluyamos en el ámbito cántabro. La ciudad que debió tener una mayor importancia entre los Turmogos, y la que al mismo tiempo aparece más citada, es la de Segisamo (Sasamón). Fue un asentamiento que se inició en la II Edad del Hierro y que pervive hasta el siglo IV/V d.C Se la cita siempre como el núcleo más importante de los turmogos, su capital, que debió de cobrar un auge mayor con el establecimiento del campamento romano de Augusto durante las Guerras Cántabras, así como por ser mansión de la via 32.
Las actividades económicas más relevantes de los turmogos, en parte ya citadas, dependen de la ubicación de sus poblados, ganaderas en los ambientes de serranía, complementadas con actividades de caza; y por el contrario, en aquellos poblados más bajos, cercanos a los valles fluviales, vemos que la agricultura fue el sector principal, como se atestigua por los restos de instrumentos de labor recuperados, incluso con la existencia de silos excavados en la roca para el almacenaje de grano. Respecto a la artesanía, en casi todos los poblados se documenta la textil, con pesas de telar y fusayolas, así como la fabricación de cerámicas y de instrumentos de metal.
Articulo del blog www.sandovaldelareina.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario