domingo, 9 de septiembre de 2012

Caballeria Castellana. Similitud con situaciones europeas

Sánchez Albornoz creía que esas fuerzas plebeyas en ascenso eran peculiares del área castellano leonesa. La imagen debe corregirse. El origen campesino del infanzón o del caballero villano se semeja a lo que se ha precisado para otras áreas.

Marc Bloch veía un origen humilde, doméstico, de los caballeros, y señalaba que en los comienzos del siglo X, en la frontera oriental de Sajonia, había agrarii milites similares a los geneat o radmen de Inglaterra que hacia la misma época tenían tenures gravadas por servicios de escolta o de mensaje, además de censos y prestaciones agrícolas (Bloch 1979: 174 y ss.). Esta información nos advierte sobre la existencia de muchas fronteras en la Europa medieval, con versiones similares de la caballería villana castellana y leonesa.

Si se conecta esto con otros estudios de Marc Bloch, es posible concluir que esa promoción social del miles se repetía parcialmente en los mecanismos de reproducción de la clase de poder con los ministeriales de origen servil (Bloch 1979ª). Investigadores posteriores, desde Duby (1977, Flory 1983: 28 y 112, Boumazel y Poly 1998), con un análisis del léxico de los siglos IX, X y XI, hasta los más recientes, concentrados en las variadas vertientes étnicas y sociales que nutrieron el surgimiento del miles, confirman el acierto de Marc Bloch. Algunas conclusiones se adaptan perfectamente a nuestros resultados. Se indicó que la difusión de poderes señoriales en Saintonge, Poitou, Anjou o Mâconnais, fue acompañada por un difusión de los vínculos de vasallaje feudal ". dans les couches supérieures de la paysannerie " (Boumazel y Poly 1998: 398). En Languedoc, en el año 972 los milites eran dados por el conde de Toulouse, Raimundo III junto con las tierras y los campesinos. Flori denota bien el significado del acta: ". les milites sont alors donnés au même titre que les paysans, même si l'on éprouve déjà le besoin de les mentionner à part » (Flory 1983:115). No es muy distinto de lo que dice Pierre Bonnassie para Cataluña sobre los milites, «.hijos y nietos de campesinos: su origen hay que buscarlo en el escalafón superior del campesino alodial:.." (Bonnassie, 1988: 388).

También se conocen notables encumbramientos. El origen de la casa de Canossa (en su castillo se desarrolló la célebre escena de Enrique IV ante Gregorio VII), que controló extensas tierras en Toscana, Emilia, la Romagna y otros lugares, se inscribe en estas condiciones (Herlihy 1973). El fundador, Adalberto-Atto, que aparece nombrado por primera vez en una carta en 958, surgió de la clase media rural. Como otros caballeros feudales, logró su ascenso social gracias a sus actividades políticas y militares.

Otro caso es el de los Erembauld (Dhont 1957). Surgidos de la servidumbre, hacia 1127 luchaban por conseguir el trono de Flandes. Si la familia de Rodrigo Díaz dio sus primeros pasos cobrando las rentas del molino, uno de los Erembauld fue recaudador general de los dominios del conde. La similitud se extiende al rol del parentesco en el camino de ascenso. Duva, castellana de Brujas, contrajo matrimonio con Erembauld, caballero vasallo de su marido, cuando ello fue posible tras el acordado asesinato de este último, hechos ya concretados en 1067. Establecidos como castellanos, los integrantes de la familia multiplicaron los cargos (y las arbitrariedades), y los primeros señores del condado comenzaron a desposar a las hijas de esta casa desde mediados del siglo XI.

Ejemplos de esta naturaleza pueden multiplicarse. De molineros, horneros, guardas del lagar o de bosques, prebostes, jueces o bailes, reclutados de los servientes del señor, surgirán por todos lados pequeños aristócratas que no dudaban en emplear métodos variados y poco cristalinos para enriquecerse, y algunos de ellos llegarán a incluirse en relaciones de vasallaje (Duby 1988: 297 y ss.).
Esta conexión del infanzón o del caballero villano con otros ámbitos, permite apreciar la fluidez de la sociedad castellano leonesa como una cualidad más del feudalismo europeo. La doble movilidad social ascendente y descendente no era un mero efecto de la reconquista, y se impone revisar sobre esto la imagen historiográfica tradicional. Esa totalidad europea es, en mi criterio, el verdadero objeto de estudio del medievalista, lo que implica tanto el análisis pormenorizado de la peculiaridad regional como la observación comparativa.

Carlos Astarita

jueves, 6 de septiembre de 2012

La Junta cerrará Alarcos y los otros tres parques arqueológicos de la red de Castilla-La Mancha

Quien quiera visitar el parque arqueológico de Alarcos y Calatrava, representativo del pasado íbero-medieval de la provincia, no podrá hacerlo a partir del 7 de septiembre. Se cierra. El Gobierno regional lo clausurará para visitas al público el día 9 (se dejan dos días para desmontar el material expositivo) junto con los otros tres parques de la red que venía funcionando en Castilla-La Mancha desde hace unos diez años con Carranque (Toledo), Segóbriga (Cuenca) y Recópolis (Guadalajara). Existía un quinto proyecto en la provincia de Albacete que ya no abrirá.
Varios trabajadores afectados de los diez que se van a la calle en Ciudad Real (en el conjunto de la red hay sesenta) lo confirmaron este miércoles a este periódico y, aunque no hay carteles informativos en el yacimiento, a cualquiera que llama por teléfono para interesarse por la visita o hacer reservas más allá del día 7 se le explica con detalle cuál es la situación y el motivo: “los recortes”.
El personal ha sido informado del cierre y de su despido a partir del 15 de este mes, la mayoría del equipo de guías y vigilantes serán cesados y alguno “reubicado”, no saben más del futuro que le espera a las instalaciones, aunque parece que el proyecto de restauración de la escuela taller y la investigación siguen.

Lanza se puso en contacto con la Consejería de Educación y Cultura para conocer detalles de los cierres y el futuro de los parques pero no hicieron ningún comentario.
 
Cambio de modeloLa última información oficial al respecto es la del cambio de modelo de gestión de cara a una supuesta privatización que es de lo que se ha venido hablando en estos meses. El 7 de mayo se anunció la disolución de los consorcios y se dijo que “un Centro Regional del Patrimonio se encargará de la gestión patrimonial, mientras que la explotación de los parques dependerá de la iniciativa privada”. Después en Ciudad Real se cesó al director del parque, Antonio de Juan, ahora vinculado sólo como investigador.
En ese comunicado de la Junta del 7 de mayo se explicaba que el modelo “estará basado en un nuevo Centro Regional del Patrimonio, que dependerá de la Junta de Comunidades, y que se encargará de centralizar y coordinar las acciones de cada parque. De este modo, la gestión patrimonial de los cinco recintos seguirá bajo la supervisión pública”.
Jesús Gómez, director de la escuela taller de Alarcos, explicó que el proyecto tiene vida propia “al margen de lo que pase en el parque”. De hecho a la escuela taller que rehabilita el emblemático yacimiento arqueológico en el que se libró una de las batallas más importantes de la Reconquista, le queda un año de vida. “Tenemos trabajo previsto hasta septiembre del año que viene. Somos 37, treinta de ellos alumnos. Tenemos nuestro proyecto aprobado y concedido y lo llevábamos adelante lo mejor que podemos”.
A Antonio de Juan, exdirector y uno de los promotores del parque, le parece que la red “era una idea muy bonita que funcionaba bien”.
Belén Rodríguez

 

Obligaciones militares en la Castilla alto medieval - La anudba // anúteba

Además de estas obligaciones militares, existían otras que, en algún caso, no sabemos muy bien cómo se conjugaron con el fonsado. Se trata de labores de vigilancia de terrenos privados señoríos, comarcas, ciudades y villas, a las que parece ser que también estaban obligados los campesinos y quienes alternaban unas y otras con la llamada militar del fonsado. Como puede leerse en los privilegios concedidos a Covarrubias en 978 (tale foro ut non habeant .. neque fossato neque anidba /Ed zabaleta nº 52/).

Parece ser por tanto, que los campesinos tenían la obligación en tiempos de paz, de vigilar las comarcas de los señores donde trabajaban sus tierras en una especie de patrullas ciudadanas. Y al mismo tiempo, la obligación llegado el caso, de unirse como levas al ejército, bien fuera en expedición militar de ataque, o de defensa.

La tradición de la anudba castellana o leonesa, se encuentra también anclada en las tradiciones carolingias, donde se la conoce con el nombre de wactas o wardas. Llegando seguramente a lo más profundo de las tradiciones germánicas, donde los hombres libres eran autosuficientes para vigilar y defender las tierras de sus jefes de la guerra o caudillos militares.

La anudba era conocida con el nombre de guaitas en el condado de Barcelona.
Escribe sobre ello Amancio Isla (Las disposiciones francas sobre los hispanos, confirman que, bajo tal nombre, se entendían -explorationes et excubiae-, es decir, actuaciones que implicaban el recorrido del territorio, y además tareas de guardia).

Precisamente en el condado de Barcelona, existe durante el siglo X un conflicto entre los habitantes de Vilamacolum y el conde de Ampurias Gaucegerto. En dicho conflicto queda bastante claro, que acudir a la hueste condal era independiente de las labores que los habitantes de las villas o ciudades tenían que realizar. Parece pues, que en el condado de Barcelona, las tareas de vigilancia de las comarcas, ciudades, etc, eran realizadas también por gentes asentadas en dichas localidades, y no por ejércitos llegados expresamente para cumplir tales funciones.

En el occidente hispánico, en el fuero de Brañoselas, se hace también la distinción entre vigilas de castellos, fossato y anudba.

En Castilla por el contrario, se distingue la diferencia igualmente entre Fonsado y anudba. Pero se plantea el los documentos de la fundación de Covarrubias, que la anudba es acumulable como multa o castigo. Es decir, que parece que en Castilla, la anudba podría tratarse en algunos casos como multas a determinadas localidades o individuos por determinados agravios.



Obligaciones militares en la sociedad castellana alto medieval - La fonsadera /fossataria/.

La fonsadera en términos generales, era un pago establecido para quienes no quisieran o pudieran acudir a la llamada del rey para incorporarse al ejército, o razzia concreta. Ya que el termino fonsado, fue utilizado igualmente en algunas ocasiones, para nombrar expediciones militares a lo largo del siglo X.

Parece ser, que en origen la fossataria no fue estrictamente una cuota para librarse del servicio militar sino para recaudar una gabela que habría de ser entregada por aquellos hombres que quedaban exentos de acudir al fonsado; es decir, no podían, bien porque no tenían medios, bien porque fueran tullidos, bien porque no quisieran. Teniendo en cuenta que la fonsadera era una carga denigrante en aquellos tiempos que se agrupaba junto a otros pagos o multas equiparables a las que pagaban: ladrones, homicidas, raptores, violadores etc. En el siglo XI, la fonsadera ya se incluye dentro de los llamados malos usos o malos foros.

Todo esto lo entenderemos mejor, si comprendemos que durante buena parte de la alta edad media hispánica, y quizás europea, la actividad guerrera se consideraba dignificante para el hombre, y propia de determinados grupos sociales privilegiados. Mientras que por el contrario, aquellos que estaban sometidos por el gravamen (fonsadera) carecían de esta posición y pertenecían a las capas más humildes. Era considerado una deshonra no participar en la guerra por no disponer de medios para dotarse mínimamente. Y por ello la multa les recordaba su estado o posición social ante el propio rey, o las gentes de sus comarcas.

En Europa occidental, existe un ejemplo conocido y especial de fonsado y fonsadera, si es que se las pudiera llamar así dentro del mundo anglosajón. Cuando Alfredo de Wessex, obliga a todos los hombres en edad de armas que se unan al ejercito sajón para combatir a los invasores vikingos de Dinamarca. Aquellos hombres que no podían unirse a las tropas fueron sancionados con pagos especiales. (Saxon military revolution – rasgos y obligaciones militares propios de cualquier población fronteriza)

Como hemos visto, la fonsadera, pasó de ser un impuesto para aquellos hombres libres o plebeyos que por algunas razones no podían o se negaban acudir a la guerra o expedición militar ante la llamada de rey. A ser una multa o gravamen equiparable con la impuesta a otros delincuentes. Aun así en determinadas ocasiones el rey podía “liberar” a determinadas poblaciones o familias de cumplir el fonsado, y en consecuencia de la multa correspondiente. Normalmente estas decisiones tenían una connotación de gratitud o recompensa por favores en el pasado.

Quizás en principio pudiera parecer que solo los campesinos eran blanco de las multas por negarse a acudir a la guerra, pero no es así. Durante el siglo X, muchos infanzones de Castilla se negaban a cumplir la ley del fossato ante la llamada del rey de León. Y precisamente fue la fonsadera una ley original en Castilla para obligar a los nobles y aristócratas a pagar la multa y sanciones correspondientes.