Dime patria, dime mi vieja patria,
¿dónde quedaron las olas del Cantábrico?,
¿y tu castillo de oro…?
¿desde cuándo tu bandera,
tu bandera roja carmesí,
no busca la complicidad del viento?
Castilla, los valles son tus manos;
apriétalas con fuerza a las nuestras,
a las de tus hijos que sostienen tus piedras,
a los que luchan por zafarte de un ente bicéfalo.
Vuelve Castilla, vuelve, vuelve rebelde,
hazlo con una sola voz,
que las montañas
no son tus fronteras
ni las mesetas tus únicas herederas.
Tierra mía, país de Iberia,
grande de Europa,
léeme tu historia,
hoja a hoja, cuántas fuera,
en alguna de ellas
empezaron a escribir por ti
los que te olvidaron,
los que te olvidaron.
Dime patria, dime mi vieja patria,
¿dónde quedaron las olas del Cantábrico?,
¿y tu castillo de oro …?
¿desde cuándo tu bandera,
tu bandera roja carmesí,
no busca la complicidad del viento?
Llegará el día en el que nuestros jóvenes
aprendan tu himno de memoria,
llegarán las mareas, las vendimias, las alamedas,
el trigo, los prados de siega, el azafrán,
a irrumpir en las nuevas páginas;
sonarán por nuestro idioma
el redoblar de campanas
de Valpuesta y San Millán de la Cogolla
en cada ciudad, en cada pueblo de tu noble estirpe.
Llegará el día, llegará ese día, llegará un día… llegará.
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