martes, 19 de febrero de 2019

Una zona fronteriza de fortalezas para controlar el norte de Hispania frente a los cántabros y Vascones


En el año 1965 los profesores Albilio Barbero y Marcelo Vigil, retomando ideas anteriores, publican un trabajo titulado “Sobre los orígenes sociales de la reconquista: cántabros y vascones desde finales del imperio romano hasta la invasión musulmana”. Este estudio fue publicado primeramente en el “Boletín de la Real Academia de la Historia ; CLVI, cuad II Pags. 271 – 339. Actualmente está recogido en el trabajo sobre los orígenes sociales de la reconquista, Barcelona 1974,pp 11-104.

El trabajo de los profesores Albilio Barbero y Marcelo Gil estaba llamado a tener hondas repercusiones en la historiografía que se ocupa de la antigüedad tardía en el norte peninsular. Resumimos a continuación, y en el siguiente capítulo, algunas de las teorías defendidas por ambos investigadores.

Los dos profesores trataban de establecer de manera concluyente que a finales del imperio romano la región de los cántabros y vascones no había sido asimilada totalmente por el imperio ni por el orden social que éste representaba. La crisis general del imperio romano en sui parte occidental facilitó la independencia de estos pueblos septentrionales, cuya oposición al orden social dominante se vería fortalecida por las revueltas armadas campesinas. Esa situación se tradujo en una actitud hostil de independencia de los habitantes de estas regiones, lo que daría lugar a que Roma mantuviera guarniciones militares en la zona, formando una línea de defensa frente a esos pueblos a la que denominan “Limes Hispanicus”. Este “limes o frontera fortificada estaría guardada por tropas limitaneii, no solo en España, sino también en Francia.

Fundamentaban esta teoría en unos pasajes de la Notitia Dignatum, o catálogo de los cargos civiles y militares del bajo imperio romano y fuente principal para el estudio del ejercito romano en este periodo, donde se da una relación de unidades militares asentadas en la peínsula, cuya fecha de redacción, según diferentes propuestas, oscila entre el último tercio del siglo IV y elk primero del V.

Según esta Notitia Dignitatum, tras las reformas militares llevadas a cabo por Diocleciano (284 – 305) y Constancio (307 – 337), el ejercito romano quedó estructurado en dos tipos de tropas: móviles o comitatenses, bajo el mando de un comes. Y Limitanei o tropas de frontera con asentamientos fijos, distribuidas en destacamentos equivalentes a las antiguas cohortes, y bajo el mando de un Magister Militum praesentalis.

Pues bien, unidades de los dos tipos están asentadas en Hispania a fines de la época imperial, tal como reflejan dos pasares de la ya mencionada y citada Notitia Dignitatum. Las tropas comitatenses, al mando de un comes, formaban dieciséis cuerpos; once auxilia palatina y cinco legiones comitatenses (Notitia, VIII, 118 -134). Otro pasaje de la misma fuente recoge las tropas de Limitaneii (not, Dig, Occ, XLII, 24 – 32).

Los puntos de acuartelamiento, según nos lo presenta la Notitia a fines del imperio, son los siguientes. En Legion (Leon), continuaba la Legio VII Gemina. En Paetonio, Rosinos de Vidriales, al norte de la provincia de Zamora, se hallaba la Cohors II Flavia Pacatiana. La Cohors II Gallica estaba situada en un lugar no definido ni identificado de Galicia. A continuación se cita la Cohors Lucensis de Lugo. En quintp lugar se cita la Cohrs celtibera como trasladada de Brigantia a Juliobriga. Todas las unidades citadas hasta ahora pertenecían a la provincia de Gallaecia. En las provincias de la Tarraconensis, en Veleia, actual Iruña, estaba la Cohors Gallica.

El cerco a los cántabro – vascones se completaba con el establecimiento de la Cohors Nouempopulana de Lapurdum, actual Bayona, en Francia. Ciudad que se fortifica en el siglo IV.
Del estudio de la organización militar romana en España y en Novempopuania en el siglo IV y principios del V, se llega a la conclusión que la distribución de estos destacamentos se nos presenta como un cerco alrededor de los cántabros y vascones, prueba evidente de que estos pueblos eran considerados como poeligrosos por las autoridades romanas, razón por la que Roma se esforzaba por controlar politica y militarmente el territorio fronterizo por medio de su ejército. Para ello se vio obligado a establecer una serie de destacamentos militares integrados por tropas fronterizas que constituían una verdadera zona de frontera (limes) al rededor de Cantabria y Vasconia.

Los Origenes de Castilla  (Aniano Cadiñanos López-Quintana - El problema del limes Hispanicus a fines de la época imperial)

El sistema continuó utilizándose en el tiempo de los visigodos, para establecer igualmente una zona fronteriza de defensa frente a los pueblos de las montañas. Esta idea, si bien no está absolutamente constatada, si es posible y nutre su teoría de la Historiae Wambae. Donde se narra durante los conflictos de rebelión del conde Paulo, como el rey godo establece en los pirineos una serie de focos de vigilancia amurallados para guardar los puestos utilizando una vieja política de defensa ya empleada por los bizantinos contra los vándalos. Para los profesores Albilio Barbero y Marcelo Vigil, es más que probable que los visigodos utilizaran la misma política que ya habían empleado para controlar los pasos en los pirineos, en los montes cantábricos. Esta vez con el objetivo de controlar una frontera frente a los rebeldes del norte.

Esta teoría tiene a día de hoy, como ya he dicho, tantos detractores como seguidores, en cualquier caso es más que probable que las fortalezas tardo imperiales fueran usadas por los visigodos como puestos de guardia para su campañas contra los pueblos del norte, fueran puntualmente en momentos concretos, o como pretenden los citados profesores, como cuarteles permanentes donde ejércitos visigodos se establecían durante largo tiempo para reaccionar en caso de ataques o saqueos por parte de los montañeses.

Ejemplo de romanos tardo antiguos, muy diferentes a los típicos romanos imperiales de las películas. Los godos y otros pueblos vándalos utilizaron una similitud militar muy aproximada a ellos, si bien con algunas particularidades propias de los pueblos germánicos de las culturas del Rhin

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