martes, 19 de febrero de 2019

Castillo / Fortaleza de Tedeja desde el siglo III hasta el XI.


Tedeja, ese viejo castillo de la no menos vieja, arcaica y ancestral región de Burgos, en una época en la que Burgos, y la propia Castilla no existían como tales. En realidad y para ser exactos, Tedeja no es un castillo, sino una fortaleza que posiblemente hospedara en su interior, y tras una importante muralla, una ciudadela con algún que otro puesto de guardia militar. Puede por tanto que estemos hablando de una de las principales y mas antiguas, sino la mas antigua y quizás original fortaleza, o torre fortificada de Castilla la vieja, l Castilla del Norte.

Muchos datan el castillo de Tedeja en torno al siglo V, extendiéndose en su uso hasta el siglo XIV. José Angel Lecanda estima que posiblemente se tratara de un puesto de control propio del mundo tardo antiguo, más concretamente y por las fechas, tardo romano del siglo III. En el libro “Condado de Castilla” de Frat Justo Pérez de Urbel, se asegura que el fundador del castillo fue Don Pedro el godo, duque de Cantabria muerto en el 740 y suegro de Pelayo, el primer rey de la monarquía Asturiana.

Para Hauberto Hispalensis de Gregorio de Argaiz, los refugiados godos del duque Pedro de Cantabria se replegarían en Tetelia tras la caída de Amaya frente a los musulmanes que invadieron la península tras la victoria contra Ruderico en Guadalete (año 711). Utilizando la fortificación y en general toda la zona, como una especie de cerrojo que cerraba el desfiladero y salvaguardaba la zona del valle de Tobalina. Se transformó por tanto en una especie de “último Bastion” de resistencia visigodo en la zona norte contra el invasión y sus huestes militares llegadas desde África.

Así fue al menos durante unos cuantos años, facilitando la huida de Toledo de los últimos espatarios godos ante el avance del islam, entre los que posiblemente se encontraba Pelayo, No es casualidad por tanto que a mitad entre la leyenda y la realidad, se piense que el lugar pudo ser panteón de algunos de los reyes visigodos.

De cualquier forma y aun cuando se le atribuye un origen anterior a la alta edad media, cosa que yo personalmente comparto. Incluso viendo la zona geográfica en la que se construyó me atrevo a asegurarle un origen dentro del grupo de poblaciones celticas, o celtizadas del norte de Castilla, pues a simple vista se aprecian coincidencias palpables con los típicos oppidas fortificados construidos en montes o cerros para facilitar su defensa.


Muy posiblemente, y dada la elección del lugar para construir la fortaleza. Esta fuera previamente un asentamiento de tipo oppida de los pueblos célticos que llegaron a esa primitiva Castilla aun por nacer

De cualquier forma como decía, la primera referencia que se tiene de él procede del año 790, cuando se le menciona en una donación del abad Alejandro de Quelino al monasterio de San Juan de Cillaperlata, el cual se encuentra “in locum qui dicitur cellaprelata subtus Tetelia”. Cierto que el documento es posterior al Siglo V pero tiene un valor indiciario ya que los datos arqueológicos conocidos para este monasterio evidencian, para sus fases iniciales, un contexto avanzado del siglo VIII o quizás de principios del IX.

Es a partir de esta referencia cuando se suceden las mismas de forma continua desde el siglo X hasta XIV, cuando el rey Enrique II de Castilla cede sus derechos a Pedro Gómez de Porras
 
En este texto que escribo, me centraré únicamente en su época más antigua y alto medieval, ya que en parte son las épocas en las que centro gran parte de mis artículos y estudios, intentando con ello potenciar y dar a conocer la sociedad civil y militar de aquella Castilla primitiva, mas semejante a la vieja Normandía, Francia o Inglaterra de los sajones, que a la Castilla erróneamente identificada con órdenes militares, templarios y caballeros en lujosas armaduras. Esos hombres, y modas, aun tardarían muchos siglos en llegar a todas estas tierras.

En el siglo XI, y en general en toda la alta edad media hispánica. Los caballeros y ropas civiles, si bien es cierto que con determinadas peculiaridades, no distaba mucho de los ropajes de otros reinos europeos como sajones, francos, o normandos. 

En los siglos III hasta el V, año impactante e importante en la historia de España, pues se pone fin a la época del mundo romano iniciándose la era de los bárbaros, atravesando varias tribus germánicas los pirineos en el año 409. La zona estaba compuesta por diferentes castros como Nocedo (Navagos), la Quintana (Rosales), Castillo (Rosio) o San Pantaleón. Todas esas viejas fortalezas posiblemente ya convertidas en pequeñas villas bajo imperiales, estaban vigiladas por turris o torres tardo romanas, dentro de las cuales una de ellas sería el Castillo de Tedeja.

Se encargaban de controlar y mantener el orden de las vías romanas evitando inseguridad, bandolerismo, o amenazas exteriores.

Es importante remarcar el origen de las motas medievales, el cual posiblemente se encuentre preciosamente en todas estas torres o turris tardo antiguas. Y es que la similitud es evidente, no por ser utilizadas como lugares de control, sino por su composición. En ambos casos torres de madera o piedra elevadas, rodeadas por empalizadas o fosos.

En el siglo V comienza la construcción de la muralla, y como ya he aventurado, es precisamente en el siglo V, exactamente a comienzos de ese mismo siglo, cuando Hispania se ve convulsionada por la entrada de Suevos, Vándalos, y Alanos.  

Es entonces cuando comienza a levarse la muralla del recinto, que perduraría hasta el 711. El lugar fue ocupado por los visigodos entre los siglos V al VIII. La zona se ve reforzada por la presencia de monasterios que buscarían la protección del lugar, como Santa María de los Reyes godos. Lugar que bien pudiera ser panteón de reyes o nobles en la antigüedad.

La zona sigue bajo control visigodo hasta la llegada de los musulmanes, los cuales si bien es cierto que ejercen un dominio muy corto de la zona, y en general de toda la Castilla Norte (711 – 745), no menos cierto es que re utilizaron el lugar con fines militares.

La fortaleza, más bien la muralla, resistió las aceifas musulmanes en los siglos que estaban por llegar. Vio nacer a los condes de Castilla dentro del contexto histórico de la leyenda de los condados y condes, y en el siglo XI (1028 al 1054) cambio de regencia al incorporarse la zona al reino de Pamplona en una donación del rey navarro Garcia Sanchez III de Najera a su mujer Estefanía de Foix. En esa época el señor del castillo de Tedeja era Fortún López. A su vez se nos informa de un tal Galindo Bellacoz de Colindres, quien controla la regencia del alfoz de Tedeja en 1054.

En el XI la tendencia de Tedeja toma el nombre de su castillo, siendo la zona mas norteña del valle de Valdivielso y su castro. Es muy probable que la tendencia de Tedeja comprendiera los alfoces de Campo Redondo, Ciguenza, Medina, Torres, Mijangos, Los Butrones, El valle del Valdivielso y el valle de Caderechas, cada uno de ellos con su correspondiente elemento defensivo. Fuera este castillo, o mota fortificada.


Muralla fortificaza de Tedeja, en la que se puede apreciar fácilmente similitudes con las fortalezas celtas de tipo oppidas. Situadas en elevaciones de terreno y rodeadas de murallas de piedra ya desde la edad del hierro

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