jueves, 26 de diciembre de 2019
lunes, 23 de diciembre de 2019
El Pueblo bárbaro que cambió Europa: Los "Yamna". Por Rafael Rincón JM
Atila y los hunos, Gengis Khan y los mogoles, todos unos angelitos comparados con estos. Competitivos, individualistas, clasistas, patriarcales, violentos, curiosos, manitas, intolerantes,
Correría alrededor del año 2000 aC. cuando las aguerridas hordas de los violentos y sanguinarios «yamna», llegaban al mar , al océano Atlántico, al final de su frenética carrera de desolación y conquista iconoclasta, aplastando a su feroz paso antiguas y primitivas culturas y precivilizaciones europeas, agrícolas, pacíficas,más religiosas e igualitarias.
En eso estaban desde que surgieron en el siglo VL a.C. en las actuales Ucrania y repúblicas de Rusia meridional, presionados a su vez por los mogoles y otras etnias. De ello hace ahora 6.800 años en pleno neolítico avanzando paulatinamente en su asolador y destructivo avance por los fértiles valles del Dnieper y del Danubio, la Pomerania fértil, y después pasando por por el valle del Po, en la Italia del norte y la hoy francesa, Provenza, hasta llegar a la Península Ibérica y solo frenar su empuje embates antes del Estrecho y del Atlántico lusitano.
UN POCO DE HISTORIA SOCIOLÓGICA
La población actual europea proviene básicamente de una mezcla genética de solo tres poblaciones a lo largo de los últimos 8000 años:
1.- Nativos cazadores-recolectores que poblaban Europa Occidental desde hacía 45000 años.
2.- Descendientes de los primeros agricultores de Oriente Medio (actuales Siria, Irak, Israel) que migraron hace 8000 años.
3.- Una población proveniente de Siberia y norte del mar Negro hace entre 7600 y 2300 años (Calcolítico y Bronce): los pastores de las tribus Yamnaya o Yamna.
¿Quíenes son estos yamna?
La cultura yamna (iamna, ‘hoyo’ en ucraniano y ruso) o «cultura del sepulcro» es una de las últimas del final de la Edad del Cobre (o Era Calcolítica) y comienzos de la Edad del Bronce, en la región de Bug, Dniéster, Ural (Estepa del Ponto, Caspio). Su desarrollo máximo se extiende desde el siglo XXXVI a. C. y el siglo XXIII a. C. Era predominantemente nómada, aunque practicaban algo la agricultura cerca de ríos y de algunos castros (fortificaciones).
La teoría de la doctora Marija Gimbutas, es, quizá hoy en día, la más ampliamente aceptada para explicar el vuelco cultural que sufrió nuestro continente en aquel tiempo histórico y su conocimiento es clave e imprescindible para conocer las raíces culturales de la Civilización Occidental.
Según esta hipótesis, el ocaso de las culturas preindoeuropeas comenzó cuando aparecieron en escena los primeros pueblos militarizados indoeuropeos, cuyo origen geográfico estaba en las grandes estepas entre el Mar Negro y el Mar Caspio, dónde com o esta cultura yamna pastoreaban sus rebaños de ganado.
Gimbutas los englobaba en lo que ella denominó como culturas de los Kurganes, en referencia a un tipo de enterramiento para sus jefes guerreros en forma de un gran túmulo (kurgan). En dichos enterramientos, el cuerpo del jerarca masculino se disponía junto a gran cantidad de ofrendas que solían incluir sus armas y su carro de guerra, así como animales (perros y caballos) y humanos sacrificados en ritos como los restos recientemente descubierto en Luhansk, se considera una colina-santuario en la que se practicaban sacrificios humanos.
Se cree, la mayoría lo afirma, pero hay autorizadas voces que están en desacuerdo, que fueron los introductores de la lengua Protoindoeuropea aria, los otros como Nusius , profesores arqueólogos, entienden que antes fue la invasión de los pueblos indoiranios a través de Anatolia dos mil quinientos años antes.
¿Cómo eran?
Pastores nómadas del centro y sur de las estepas rusas, eran fuertes, bien alimentados y muy violentos. Hábiles en la industria y metalurgia, se cree que fueron los primeros en utilizar la rueda como transporte y arma (Los restos más antiguos de un carro con ruedas fueron hallados en el kurgán Storozhova Mohyla, Dnipropetrovsk, Ucrania) y una primitiva y rica alfarería y joyería.
Importantes fueron sus variantes genéticas, favorecidas por la selección natural, que aumentan su frecuencia en procesos adaptativos, hasta algunas presentarse incluso por completo en todos los europeos actuales.
Otras cosas como ser:
* Una alimentación omnívora mucho más completa, rica en proteínas, carnes, leches, pescado de mar y río, cereales, grasas y vegetales de todo tipo.
* El primer pueblo en domesticar al caballo y emplearlo en la guerra.
* Descubridores de la rueda y otros artilugios,como, posiblemente, la noria o la pala. Hábiles ceramistas, armeros metalúrgicos del bronce, curtidores y marroquineros artesanos de pieles
* Su mayor consumo de carnes y pescados, proteínas les proporcionaba mayor tamaño, resistencia y fuerza corporal y con ello desarrollo cerebral.
* Mayor altura, superaban en decenas de centímetros a sus coetáneos preeuropeos. Los noruegos actuales por ejemplo, tienen la mitad de sus antepasados en aquellos pastores Yamnaya.
* La tolerancia a la lactosa, que aparece en Europa hace 4000 años, les hace bebedores de leche y derivados.
* La tolerancia a las proteínas de cereales: omnivoros de vegetales, hortalizas y cereales, como trigo, cebada, centeno y avena, que aparece hace 7000 años.
* Mutaciones relacionadas con los ojos azules, más prevalecientes en el Mesolítico del norte de Europa. El ADN de un individuo del Mesolítico de 7000 años de antigüedad, encontrado en La Braña-Arintero, Valdelugueros (León), fue en 2014 el primer genoma de un cazador-recolector europeo recuperado. Tenía los ojos azules y la piel oscura, un fenotipo que ya no existe en Europa.
Lo hicieron triunfar ante pueblos más débiles, pacíficos, agrícolas sedentarios, mucho menos desarrollados a los que destruyeron y arrasaron cambiando incluso el genoma respectivo de sus pueblos, al asesinar a los varones, de toda edad, para lograr imponer el suyo masculino a toda descendencia.
Por eso, al desplazar a los hombres vencidos, puede decirse que fueron los padres de todos los europeos actuales
Me imagino a los pobres preuropeos, sorprendidos por unos hombres gigantescos, casi animales salvajes, más fuertes, mejor organizados, a lomos de caballos, con mejores armas y corriendo con sus ruedas y bestias, me recuerda a lo que los aztecas y otras tribus indígenas pensaron cuando los conquistadores españoles llegaron en 1519, pensando, ellos, que eran centauros.
Según los expertos no dejaron títere con cabeza, pues se propusieron aniquilar a los varones vencidos y parece que lo lograron, ya que el cromosoma masculino cambió, según recientes y sesudos estudios recientes, drásticamente desde entonces. Mataron, por decirlo así, a todos los varones de la península.
Constancia de su importante impacto genético es la península Ibérica, donde eliminados los varones, cambió el cromosoma masculino y queda, sobre todo, determinar la filiación genética de las poblaciones de la Edad del Cobre y del Bronce (hace entre 5.000-3.000 años).
El grupo de investigación Arqueoecología Social Mediterránea (ASOME) del Departamento de Prehistoria de la UAB está colaborando estrechamente con este grupo de trabajo internacional en esta dirección.
“En particular, cabe determinar la ubicación en el mapa paleogenético de Europa de una de las sociedades prehistóricas más singulares, como es la de El Argar. Se trata de la primera sociedad de tipo estatal y con metalurgia especializada de Europa occidental, formada hace 4.200 años en el sudeste de la península Ibérica”, señala el profesor Risch.
Después ya asentados en la península su influencia política y comercial llega al mundo picto y celta desde Bretaña y la Cornualles, británica en el comercio de minerales desde Tartessos, herederos puros de estos bárbaros nómadas.
Gastronomía
Poco o casi nada sabemos sobre su recetario, solo que debería ser, era, muy rico y nutrido, no haciendo ascos a nada, saqueaban todo lo que se podía comer y lo hacían. Lo que les hacía más fuertes e invencibles.
Desde su Ucrania original tardaron unos 2.500 años en llegar a San Vicente y el estrecho de Gibraltar, es decir, unos 1,70 kilómetros año, velocidad enorme para entonces, sin mapas, rutas, medios técnicos ni puentes.
Se puede no obstante deducir que con su paulatino asentamiento y retroadaptación con las culturas locales su mayor ingenio y logística aportó mayores adelantos técnicos y mecánicos a la vida de los antiguos europeos, tanto en la minería, transporte naval y marino como en la agricultura e industria metalúrgica, lo que explica que al llegar a nuestra costas griegos y fenicios hacía el 800 a.C. encontrasen habitantes indígenas con un cierto desarrollo económico y social a la época.
Nota Personal
Toda mi vida he tenido una curiosidad instintiva sobre conocer nuestra historia, sobre todo su historia geográfica y sociológica, el qué comían, por qué y cómo...me hizo dedicarme a esto. No conocía, yo, nada, a mi pesar, ni en la enseñanza (en 1.961 en geografía e historia se desconocía este pueblo) ni en lecturas posteriores. Mi primer contacto fue hace unos dos meses cuando un amigo y lector, profesional gastrohotelero, David Lobo, de La Sucursal Chamberí, me dijo acababa de leer algo sobre ellos.
Al principio lo dudé pero mi amigo y socio, Ángel Mata Comino, le dio la razón y expresó que él lo había leído a su vez. David, me pasó el enlace y de aquello viene esto.
Me puse a ello y he aquí lo hasta ahora preparado.
Seguiremos estudiando este apasionante historia y su aporte e nuestro tiempo.
Rafael Rincón JM, copiado de: esdiario.com
domingo, 22 de diciembre de 2019
De cazadores a guerreros. Las raíces cazadoras de la guerra en los indoeuropeos
En el siguiente texto el filosofo e historiador rumano Mircea Eliade, plantea la posibilidad de un origen cazador de la guerra y los guerreros del mundo indoeuropeo y euro asiático. Es decir, fue la caza, la necesidad de la caza, y la aventura de la caza, la que hizo o transformo al cazador en guerrero con el paso de la edad de piedra a la edad de los metales.
De igual forma sería la caza el origen primario de los dioses paganos de la guerra. Adaptándose con ello a las necesidades sociales contemporáneas de aquellos seres humanos. Quienes habían dejado de perseguir y cazar manadas de renos durante la glaciación, para “cazar” seres humanos recolectores con la llegada de la agricultura.
Según Mircea Eliade, y como veremos en el extracto de su libro: Historia y creencia de las ideas religiosas. El mundo de la guerra propio del mundo euro asiático al que pertenecían los indoeuropeos, y las tribus turco-mongoles, no habría sido entendido de la misma forma sin un pasado cazador entre las gentes de la edad de piedra. Condición esta que influenció incluso su espiritualidad y cosmovisión del mundo. La caza era la guerra del pasado, el acto heroico del paleolítico, y el señor de los animales la divinidad a la que honrar y mostrar respetos una vez cazados los animales necesitados para el sustento.
Saltando en el tiempo miles de años, se podría decir que hoy, incluso seguimos manteniendo el mismo punto de vista por medio del deporte. El cual desde la antigua Grecia fue un sustitutivo de la guerra, y aun a día de hoy, esconde simbólicamente un acto belicoso de competición atlética entre campeones que se enfrentan como adversarios en los terrenos de juego. Y donde el triunfo, renombre, o trofeo, simbolizan el triunfo del trofeo de la caza del pasado.
Alvar Ordoño
LA HERENCIA DE LOS CAZADORES DEL PALEOLITICO
(..) los progresos realizados durante el Mesolitico señalan el final de la unidad cultural de las poblaciones paleolíticas; al mismo tiempo desencadenan la variedad y las divergencias que en adelante se convertirán en característica principal de las distintas civilizaciones. Los residuos de las sociedades de los cazadores paleolíticos se van retirando a zonas marginales o de difícil acceso: el desierto, los bosques, las montañas. Pero este proceso de alejamiento y aislamiento de las sociedades paleolíticas no implica la desaparición del comportamiento y la espiritualidad propios del cazador. La caza como medio de subsistencia se prolonga en las sociedades de agricultores. Es probable que un cierto número de cazadores, que se negaban a participar activamente en la economía de los cultivadores, fuera empleado como fuerza defensiva de las aldeas, primero contra las fieras salvajes que rondaban en torno a los establecimientos de los sedentarios y causaban estragos en los campos de cultivo, y mas tarde contra las bandas de merodeadores. Es también probable que las primeras organizaciones militares se formaran a partir de estos grupos de cazadores defensores de aldeas. Como veremos en seguida, los guerreros, los conquistadores y la aristocracia militar prolongan el simbolismo y la ideología del cazador modelo.
Por otra parte, los sacrificios cruentos, practicados tanto por los cultivadores como por los grupos del pastoreo, no hacen en última instancia más que repetir la muerte de las piezas por el cazador. Un comportamiento que durante uno o dos millones de años se había confundido prácticamente con el mundo humano de la existencia ( o al menos con su versión masculina ) no podía ser abolido fácilmente.
Muchos milenios después del triunfo de la economía agrícola se hará sentir todavía en la historia el mundo ideológico del cazador primitivo. En efecto, las invasiones y las conquistas de los indoeuropeos y los turco-mongoles se emprenderán bajo el signo del cazador por excelencia, el animal de presa. Los miembros de las cofradías militares (mannerbunde) indoeuropeas y los jinetes nómadas del Asia central se comportan con respecto a las poblaciones sedentaria, a las que atacan, como animales de presa, que cazaban, dan muerte, y devoran a los herbívoros de la estepa o al ganado de los establos. Numerosas tribus indoeuropeas y turcomongolicas tenían como epónimos a los animales de presa, especialmente al lobo, y se consideraban descendientes de un antepasado mítico teriomorfo. Las iniciaciones militares de los indoeuropeos implican una transformación ritual en lobo; el guerrero ejemplar se apropia del comportamiento del animal totémico de la caza.
Por otra parte la persecución y la muerte de una fiera se convierten en el modelo mítico de la conquista de un territorio (landnama) y de la fundación de un estado. Entre los asirios, iranios y turcomongoles, las técnicas de la caza y las de la guerra se parecen tanto que llegan a confundirse. En todo el mundo euroasiático, desde la aparición de los asirios hasta la época moderna, la caza constituye a la vez la educación por excelencia y el deporte favorito de los soberanos y de las aristocracias militares. Entre tanto, el prestigio fabuloso de la existencia del cazador en relación con la de los cultivadores sedentarios se mantiene aún en buen numero de poblaciones primitivas (Un ejemplo característico es el de las tribu de los desanas de Colombia, los cuales se consideran cazadores a pesar de que un 75% de sus alimentos proceden de la pesca y la hornicultura, pero a su modo de ver solo la vida del cazador es digna de vivirse). Los cimientos de miles de años vividos en una especie de simbiosis mística con el mundo animal dejaron huellas indelebles. Y lo que es más, el éxtasis orgíastico es capaz de reactualizar el comportamiento religioso de los primeros paleohominidos, cuando la caza se devoraba cruda como ocurría en Grecia entre los adoradores de Dionisio.
Mircea Eliade – Historia de las creencias y de las ideas religiosas VOL I – CAP III – La revolución de mayores consecuencias: el descubrimiento de la agricultura. Mesolitico y neolítico.
sábado, 14 de diciembre de 2019
Los cascos celtíberos ya están en Zaragoza.
Depositados en el Museo de Zaragoza los siete cascos hispano-calcídicos de Aratis, recuperados tras su exportación ilegal al extranjero.
Asentada sobre el llamado Cerro de Castejón, y cerca de Aranda del Moncayo, Aratis fue erigida en la Edad del Hierro, entre los años 4.000 y 800 antes de Cristo y posteriormente destruida por el ejército de Roma entre los años 74 a 72 antes de Cristo, a la par que la ciudad de Numancia, con motivo de las guerras sertorianas.
La incorporación de estos siete cascos supone un enriquecimiento patrimonial inestimable para Aragón y para el Museo de Zaragoza, que ve incrementada su colección con unas piezas excepcionales para explicar la sociedad celtíbera, muy militarizada a partir de finales del siglo IV a. C. A su vez, son una muestra singular de los gustos estéticos y la tecnología desarrollada por ese pueblo prerromano.
Más información sobre la vicisitudes sufridas por los cascos celtíberos, su recuperación, y su gran importancia arqueológica e histórica.
viernes, 6 de diciembre de 2019
Dolmen de Lácara: Las Puertas del Hades por Alfredo Orte Sánchez
“No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre.” Stefan Zweig.
Abrumados por la fastuosidad y armonía de los monumentos de Mérida, el viajero a veces olvida que antes de la llegada de los romanos hubo pueblos en esa comarca. Se trataba de una cultura que no había conocido todavía los cánones clásicos, el derecho o la filosofía de Aristóteles, pero sin duda estaba en posesión de ciertas ideas trascendentes mucho más profundas de lo que podríamos llegar a imaginar. A unos 25 kilómetros de la capital de Extremadura, en una de las típicas dehesas del norte de Badajoz nos encontramos con el mejor testimonio del Calcolítico en estas tierras.
El dolmen de Lácara fue construido en el 3000-4000 a. C. sin que se haya podido precisar más hasta el momento; esta cronología ha sido establecida a partir de los elementos del ajuar funerario que fueron encontrados en su interior: cuchillos, puntas de flecha, placas de pizarra… Se trata de un ejemplo magnífico de dolmen de corredor, levantado con una serie de losas de un tamaño inmenso hasta el punto de parecer una obra de gigantes. Un pasillo adintelado conduce a una cámara mortuoria que originalmente debió de alcanzar los 5 metros de altura, y que estaba cubierta de un manto de tierra que ocultaba a la vista dicha cámara. La presión que los grandes bloques de piedra ejercían hacia fuera era tan fuerte que fue necesario colocar una serie de piedras hincadas en un anillo exterior para contrarrestas estas fuerzas.
En la actualidad, solamente se conserva intacta una de las piedras que sostenían la cúpula. Las dimensiones de estos bloques nos hacen preguntarnos continuamente cómo fueron capaces estos hombres de acometer una empresa de semejantes proporciones. Pero sobre todo, nos preguntamos qué motivos les impulsaron a hacerlo. La propia situación del dolmen, junto al río Lácara nos lleva a pensar que como en otras culturas, las corrientes de agua representaban una frontera simbólica con el mundo de los difuntos. El túmulo fue excavado por el profesor Martín Almagro que además elaboró un estudio donde apuntaba algunos datos interesantes. Por ejemplo, estableció como hipótesis que el dolmen no fue siempre un lugar de enterramientos, sino que fue el centro de un espacio ritual y de celebraciones que ocasionalmente se utilizó como tumba. Prueba ello la existencia de una gran losa en las inmediaciones que pudo haber servido como altar sagrado.
En el Museo Arqueológico Nacional se encuentran todas las piezas del ajuar funerario que fueron recuperadas; entre ellas, llama la atención los ídolos esculpidos en placas de pizarra, con sus ojos perforados y decoración geométrica cuyo significado ha sido sepultado en la rueda del tiempo. Se ha supuesto con acierto que esta riqueza sólo podría corresponder a la tumba de un personaje importante, probablemente el jefe de una tribu que habitaría en su contorno. Pero de todos los elementos relacionados con el mundo de los muertos que nos ofrece el dolmen, probablemente el más interesante sea su propia orientación al Sur Este, a la salida del sol en el solsticio de invierno. La luz de nuestra estrella más cercana penetra todos los 21 de Diciembre por la oscura entrada del corredor, iluminando el fondo de la cámara sepulcral, una orientación que también aparece en muchos otros sepulcros megalíticos del suroeste peninsular. Sin duda, los hombres del Calcolítico eran plenamente conscientes de los ciclos de duración de los días y les otorgaron un valor simbólico trascendente. Es la luz del mundo, aquella que nos recuerda que la muerte no es más que un estadio de nuestra existencia desde tiempos remotos.
miércoles, 4 de diciembre de 2019
El Dolmen de Toriñuelo. Extremadura
El Dolmen de Toriñuelo es un monumento funerario y pertenece en la época calcolítica, que es como se suele llamar a la Edad del Cobre. Está situado a dos o tres kilómetros de distancia de Jerez de los Caballeros, perteneciente a la provincia de Badajoz, en la comunidad autónoma de Extremadura, España.
El sepulcro megalítico de Toriñuelo, situado en la granja de este mismo nombre, está dentro del grupo de sepulcros de cámara circular, o aproximada a un círculo. Está cubierta con una falsa cúpula y corredor o pasillo adintelado (elemento estructural horizontal que salva a un espacio entre dos apoyos) llamado «Tholoi». La característica más significativa desde el punto de vista constructivo son las dimensiones del «corredor adintelado» y la existencia de una “cámara” lateral.
La cámara es ligeramente ovalada, de 3,80 m en su eje mayor y 3,50 m en el menor, estando delimitada por trece ortostatos, siendo un ortostato un bloque o losa vertical, adornada o no, que forma la hilada inferior de un muro. En un dolmen neolítico, los ortóstatos forman parcial o totalmente las paredes del monumento funerario megalítico y soportan las losas de la cobertera. Uno de estos ortostatos no se conserva en este dolmen. La mayoría son de granito y dos ellos son de pizarra. Sobre este zócalo de ortostatos se apoyaba la cubierta, con forma de cúpula.
La estructura es una colina artificial, levantada mediante la superposición de tongadas o capas de arcilla y piedras todo muy compactado capa a capa. El dolmen está orientado en dirección este-oeste, tiene un largo corredor de acceso de unos 25 m. El corredor tiene una altura máxima de 1,42 m a la entrada con ligera disminución en el centro y aumentando en dirección a la intersección con la cámara. En el lateral norte del corredor hay un «nicho» de planta rectangular y de escasas dimensiones. El acceso a la cámara se realizaba por una doble rampa.
La decoración del sepulcro, en la que alternaban la pintura y el grabado, utilizaban el granito y la pizarra como soporte. Las pinturas han desaparecido, pero el grabado está en tres de los ortostatos que la delimitan con motivos radiales, circulares y en forma de serpientes.
El sepulcro está ubicado en un área rica en agricultura, ganadería y minería y su situación junto a un lugar de paso (más tarde conocida como Cañada Real), van a determinar la posibilidad de su reutilización. Así, junto al dolmen, se han localizado en el sector oeste unos muros correspondientes a la utilización del túmulo durante los siglos I a. C. y I d. C.
lunes, 2 de diciembre de 2019
Paganismo. por Paulo E. F. Lopez Meza
Renacer es volver a la vida, es superar el estado demiurgo de la muerte, de la corrupción de la carne y la descomposición de la materia, es el hacer después del deshacer, la apertura de la visión a la nueva realidad, despertar del sueño en que nos habían mantenido por centurias y centurias de siniestra esclavitud, el letargo hasta que los antiguos dioses corran el velo del oscurantismo cristiano.
Los viejos enigmas, los antiguos mitos despiertan en esta época oscura de materialismo universalmente desatado, las tradiciones del verdadero culto sagrado, aquel que no pudieron matar a pesar del dominio mundial de la cristiandad, porque el culto guerrero es parte del espíritu de la concepción de la perfección del dios que espera, del cazador paciente, del dios guerrero acechando como lobo en la oscuridad de la noche el momento propicio para caer sobre su enemigo sin piedad, sin misericordia, solo esperando sentir el alarido de la derrota del enemigo para detener su furia, esa es su vigilia, una vigilia constante de generaciones y generaciones de iniciados en el saber oculto, maldito, proscrito, perseguido; hasta el momento necesario de salir a la luz, de abandonar nuestra guarida interna, esperamos la señal que surcará el cielo, la conjunción de las estrellas, el llamado en medio de la tormenta, la mano que nos guía en el medio de las tinieblas, la antorcha de luz que señala el regreso a casa en la oscuridad de la noche.
Nuestros dioses son los señores de la furiosa tormenta desatada, la que azota los cielos con fuerza incontrolable, con terrible poder de viento y luz, los señores de la guerra, pero también son los de la armonía, de la poesía, de las artes, de la belleza, de todo lo que es bueno, de todo lo que es noble y hermoso está en ellos, toda nuestra visión, toda nuestra cosmogonía se centra en la batalla constante contra las hordas del caos, las tinieblas, la oscuridad, que puede tomar la forma de iniciación que desee, de religión, de organización social, de doctrina política, siempre corrompiendo tratando de confundirnos, engañarnos, de desviarnos del camino trazado en nuestra sangre, de nuestra conciencia de ser hijos de la verdad divina, De la revelación del rayo de electricidad que conmociona el cuerpo, la visión de Wotan cabalgando con sus huestes en el campo de batalla, recogiendo a los caídos, nuestro propio despertar guerrero, el camino de nuestra iniciación interior manifestada en lo más sublime de nuestro ser, el hombre dios, noble, firme y orgulloso ser, el héroe resurrecto que acompañará al dios en su lucha final contra las hordas del caos.
¿Cuántos de los nuestros han caído? ¿Cuántos de los nuestros han visto sus vidas cegadas por el mantenimiento de la fe? ¿Y Cuántos de nosotros caerán e hijos de nuestros hijos también lo harán?, Pero no importa, nuestro conflicto no es eterno como lo fue al principio de los tiempos, tuvo un eterno principio, pero tiene un final, el momento culmine de la liberación, la restauración del todo se acerca, la svástica gira con mayor frecuencia, con mayor rapidez, se convierte en el círculo de fuego que rompe el eje de este mundo, el desequilibrio, la resurrección, la oposición a la destrucción, es el fuego constructor que se levanta, los acontecimientos de las profecías se cumplen cada vez con mayor rapidez, nunca se habían producido cambios en forma tan frenética como ahora, la historia desaparecerá pronto, los fenómenos universales son locales, son los signos que esperábamos, estamos listos a afrontar nuestro glorioso destino.
Las leyendas, como medio de sobre vivencia del mito, nos traen una serie de historias metafóricas del culto a Wotan, el dios tuerto, crucificado, el entregado voluntariamente en el árbol del tormento para recibir el conocimiento, a través de las runas comienza su renacer, sacrificando no solo su carne frente a la tortura del fresno, sino además por la entrega de uno de sus ojos, arrojado al pozo de Mimer, la memoria ancestral, el conocimiento, la sabiduría, el despertar de la memoria de la sangre que solo se logra a través de un camino de sacrificio en este mundo, nada es producto del azar, nada ocurre por casualidad, el gnosis es posible solo a través del despertar de los más nobles sentimientos heroicos, Solo se logra el despertar del dios interno a través de la liberación De las ataduras del demiurgo y su expresión esclava, religioso- social como lo es el cristianismo judío, los promotores de la esclavitud del hombre blanco a través del sentimiento de la culpa, la responsabilidad por actos que no nos corresponden, nuestra raza debe ser libre de las ataduras de este mundo y la libertad solo procede del conocimiento, del gnosis luciferino.
A la mitología comparada corresponde la labor de haberse probado que en el origen diversos pueblos poseían la misma lengua y la misma religión, no solamente los Arios orientales, Indios e Iraníes, si no también todos lo arios occidentales, griegos, romanos, celtas, eslavos y germanos, llamados Indo Europeos. Los pueblos griegos y latinos, desde la edad antigua se desenvolvieron con vigor para dominar el mundo y para recoger al oriente la dirección del pensamiento y la posesión de la cultura, que llevaron a su más brillante expresión, el politeísmo y la mítica literaria cosmopolita hasta que se inició la transformación de Europa por el negador de la libertad, el judeocristianismo, en tanto, los celtas, eslavos y germanos continuaron con sus tradiciones en muy lenta evolución conservando más puros los elementos originarios, es por ello que la predominancia de mitos y leyendas de carácter simbólico se vio como la forma de supervivencia del gnosis.
La fe popular modificó con la confusión de las nuevas creencias, los mitos y tradiciones que se convirtieron en leyendas nuevas, personajes y nuevos hechos reemplazaron la verdadera fe; el lugar de Wotan, Wodan, Odin u Odino y de Donar o Thor, lo ocupan Cristo, San Miguel, San Martín o San Pedro; Fro es Sustituido por San Andrés, San Esteban, San Nicolás; Loki se convierte en la imagen del diablo; en vez de las grandes se ve a la virgen María; Gerdha es reemplazada por santa Gertrudis. Estos son solo un ejemplo de este intercambio de mitos que obedeció a una nueva cosmovisión impuesta por la fuerza por parte de la conversión de los reyes al cristianismo, acto que refundió el concepto del mito puro, como representación morfológica de efectos de la naturaleza, esto es el nacimiento de los antiguos dioses y con ello un nuevo tipo de paganismo escondido bajo el nuevo cristianismo.
El Paganismo es una repetición simbólica, un teatro humano de actos divinos, el paganismo entendido de esta forma es la representación de las manifestaciones existentes en la naturaleza; esto es la adoración de un orden natural, al que el ser humano esta sometido y que convive con él, que en esencia es el mismo concepto que el cristianismo primitivo adoptó.
Paulo E. F. Lopez Meza
El teriomorfismo y el mundo espiritual de los chamanes
El teriomorfismo (del griego antiguo therion, θηρίον, que significa animal salvaje y morfo, μορφὴ, forma) es un nombre genérico que se aplica a cualquier transformación de un ser humano en otro animal, ya sea de manera completa o parcial, así como la transformación inversa en un contexto mitológico o espiritual.
En lo que concierne al estudio cultural, mitológico o antropológico, el teriomorfismo describe un personaje que comparte rasgos humanos y/o rasgos tomados de otros animales. Un ejemplo conocido es el licántropo (que incluye el hombre lobo europeo), un híbrido medio hombre, medio lobo. Muchos dioses egipcios son teriomorfos pues, sus imágenes, aunque tienen cuerpo humano poseen cabezas de otros animales o tienen la capacidad de transformarse en esos animales.
En determinadas culturas de América latina era habitual limarse los dientes en forma puntiaguda, como un ornamento personal, para parecerse a los felinos que admiraban.
La inmensa mayoría de espíritus y deidades primitivas fueron teriomorfos, tendencia que se mantendría hasta bien entrada la alta edad media. Son conocidos los berserks escandinavos alto medievales. Tradición esta que se remonta a los propios orígenes del mundo germánico. Recordemos como en el cantar del héroe pan gótico Waltario, se describe a uno de sus protagonistas transformado en guerrero oso combatiendo y despedazando a sus rivales. Todo ello en el siglo X y bajo la influencia directa del cristianismo hegemonico.
Cientos de años atrás, gran parte de los habitantes de la Europa bajo la edad del hierro, tuvieron creencias y tradiciones, incluso deidades teriomorfas. El mas conocido quizás sea el caso del dios celta Cernunnos. O el también celebre dios de los bosques y la vida desenfrenada PAN.
Los chamanes del peleolitico mantenían contacto con todas estas criaturas mitológicas por medio de rituales que buscaban el trance o extasis espiritual del chaman. Al optenerlo, el "brujo" conseguía abandonar el mundo de la materia volando hacia un plano inmaterial dominado por las almas y espíritus. En ese mundo el iniciado podía mantener contacto, reconocer, buscar, y llamar al espíritu de otros seres sobrenaturales con el objetivo de pedirles favores, perdón, o agradecerles personalmente una buena caza.
Esta tradición propia de las sociedades animistas anteriores al paganismo, es decir, las sociedades que basaron sus creencias religiosas en los espíritus y no en los dioses, se ha mantenido prácticamente intacta en numerosas tríbus africanas, así como en poblaciones asiáticas, donde aun a día de hoy se recurre a chamanes para invocar espíritus de la naturaleza. Buen ejemplo de ello son los chamanes mongoles a los que se recurre en la isla de Oljon del lago Baikal (Rusia / Siberia). Un lugar cargado de espiritualidad donde se realizan danzas para alcanzar el trance del mago con la intención de pedir permiso a los espíritus de las aguas para pescar o navegar sobre ellas.
Es muy posible que el propio culto a los antepasados tuviera un origen en el chamanismo paleolitico. Donde el propio chaman a lo largo de sus viajes espirituales, llegaba a ver y entablar conversaciones con las almas de los hombres caídos durante cacerías, o fallecidos por causa natural. Esta creencia se mantendría igual que los espíritus teriomorfos hasta bien entrada la edad media, incluso hasta nuestros días por medio del culto a las animas y los muertos de las sociedades monoteistas.
domingo, 1 de diciembre de 2019
Los primeros referentes religiosos de los hominidos fueron seres teriomorficos, y un gran señor de los animales.
Durante unos dos millones de años vivieron los paleantrópidos principalmente de la caza, de la pesca, u de la recolección. Pero los primeros indicios arqueológicos referentes al universo religioso de los cazadores paleolíticos se remonte al arte parietal franco-hispano (30.000a C). Por otra parte, si examinamos las creencias y los comportamientos religiosos de los pueblos cazadores contemporáreos, caeremos en la cuenta de la imposibilidad casi absoluta de demostrar la existencia o la ausencia de creencias semejantes entre los paleontroipidos. Los cazadores primitivos consideran a los animales como semejantes a los hombres, pero dotados de poderes sobrenaturales; creen que el hombre puede transformarse en animal, y a la inversa; que las almas de los muertos pueden entrar en el cuerpo de los animales; finalmente, que existen relaciones misteriosas entre una persona y un animal individual (lo que antiguamente se llamana el nagualismo). En cuanto a los seres sobrenaturales atestiguados en las religiones de los cazadores, se distinguen los compañeros o “espíritus guardianes” teriomorficos, las divinidades del tipo del Ser Supremo-Señor de los animales , que protege a la vez a la pieza y al cazador, los espíritus de los bosques y los espíritus de las distintas especies animales.
Por otra parte, hay algunos comportamientos religiosos que son especificiso de las civilizadciones de cazadores: la muerte del animal constituye un rito, lo que implica la creencia de que el señor de los animales vela para que el cazador mate tan solo en la medida en que le es necesario para alimentarse, y que el alimento no se desperdicie; los huesos especialmente el cráneo, tienen un considerable valor ritual (probablemente porque se cree que contiene el alma o la vida del animal y que el señor de las fieras hará crecer una carne nueva en aquellos huesos). De ahí que depositen el cráneo y los huesos largos en lugares elevados o en ramas de arboles; algunos pueblos tienen la costumbre de enviar el alma del animal muerto a su •patria espiritual” (cf. Las fiestas del oso de los ainus y los gilyakos). Existe también la costumbre de ofrecer a los seres supremos un bocado de cada animal al que se ha dado muerte, o el cráneo y los huesos largos. En algunas poblaciones sudanesas se da la costumbre de que el joven cazador que acaba de abatir su primera pieza embardune con la sanger de ésta las paredes de una caverna.
¿Cuántas de estas creencias y de estas ceremonias pueden ser identificadas a través de los documentos arqueológicos de que disponemos?. Al menos, las ofrendas de los cráneos y de los huesos largos. Nunca se insistirá lo bastante en la riqueza y la complejidad de la ideología religiosa de los pueblos cazadores. Y en la imposibilidad casi total de afirmar o negar su existencia entre los paleontropidos. Como se ha repetido ya tantas veces, las creencias y las ideas no son fosilizables. Algunos sabios han preferido, en consecuencia, abstenerse de decir nada sobre las ideas y creencias de los paleantrópidos, en lugar de reconstruirlas a base de comparaciones con las civilizaciones de los cazadores. Esta posición metodológica radical no deja de resultar peligrosa. Dejar en blanco una parte enorme de la historia del espíritu humano podría llevaronos a fomentar la idea de que durante todo ese tiempo la actividad del espíritu se limitaba a la conservación y la transmisión de la tecnología. Pero semejante opinión sería no sólo errónea, sino además nefasta para el conocimiento de hombre. El homo faber era también homoludens, sapiens y religiosus. Puesto que no podemos reconstruir sus creencias y prácticas religiosas, debemos al menos señalar cientas analogías susceptibles de esclarecerlas indirectamente.
MIRCEA ELIADE – Historia de las creencias y de las ideas religiosas – CAP I - Los paleontrópidos – comportamiento mágico religioso.