domingo, 25 de febrero de 2018

sábado, 24 de febrero de 2018

"La bandera arridada" oda a Castilla por Juan Carlos García Hoyuelos

Dime patria, dime mi vieja patria,
¿dónde quedaron las olas del Cantábrico?,
¿y tu castillo de oro…?
¿desde cuándo tu bandera,
tu bandera roja carmesí,
no busca la complicidad del viento?

Castilla, los valles son tus manos;
apriétalas con fuerza a las nuestras,
a las de tus hijos que sostienen tus piedras,
a los que luchan por zafarte de un ente bicéfalo.

Vuelve Castilla, vuelve, vuelve rebelde,
hazlo con una sola voz,
que las montañas
no son tus fronteras
ni las mesetas tus únicas herederas.

Tierra mía, país de Iberia,
grande de Europa,
léeme tu historia,
hoja a hoja, cuántas fuera,
en alguna de ellas
empezaron a escribir por ti
los que te olvidaron,
los que te olvidaron.

Dime patria, dime mi vieja patria,
¿dónde quedaron las olas del Cantábrico?,
¿y tu castillo de oro …?
¿desde cuándo tu bandera,
tu bandera roja carmesí,
no busca la complicidad del viento?

Llegará el día en el que nuestros jóvenes
aprendan tu himno de memoria,
llegarán las mareas, las vendimias, las alamedas,
el trigo, los prados de siega, el azafrán,
a irrumpir en las nuevas páginas;
sonarán por nuestro idioma
el redoblar de campanas
de Valpuesta y San Millán de la Cogolla
en cada ciudad, en cada pueblo de tu noble estirpe.

Llegará el día, llegará ese día, llegará un día… llegará.

jueves, 22 de febrero de 2018

Soldado de Castilla durante el siglo X



Soldado del condado de Castilla del siglo X. Recreador: Alvar Ordoño de la asociación cultural Regnum Castellae. Foto tomada en provincia de Segovia
Durante el siglo X aun no eran frecuentes las grandes cotas de malla, las cuales quedaban excluidas casi a los grandes aristócratas. La mayoría de los soldados lucharían con escudo y lanza. Como se recoge en los diferentes beatos medievales castellano y leoneses entre los siglos IX al X

El condado de Castilla, bajo tutela de varios condes en el siglo IX

Desde finales del siglo IX Castilla era una amalgama mal definida de territorios controlados por varios linajes condales, en pleno proceso de expansión y de convergencia política. Los principales jalones son celebres en 860, la población de Amaya por el conde Ruderico en 883 - 884, la de Castrojeriz por Muño Muñiz, en 884, las de Burgos y Ubierna por Diego Rodríguez y en 912 la población de Roa por Muño Muñiz, de Aza, Clunia y San Esteban por Gonzalo Fernández y de Osma por Gonzalo Tellez. La imagen analística de este último movimiento podría ser exageradamente nítida y organizada. Pudiendo llegar a tener la imagen de un avance coordinado por varios poderes condales a la hora de tomar posesiones y reconquistar una tierra que ya de por si estaba semi despoblada.

El carácter de frontera militar se perpetúa durante todo el siglo X, y ello implica que el control político de los condes castellanos sobre estas tierras será siempre precario, expuesto a los avatares de las frecuentes expediciones militares musulmanas, y no menos frecuentes cambios de manos. Pasando durante el siglo X el condado castellano de vasallaje leones a formar parte del reino de Pamplona, para ser finalmente condado independiente por Fernán Gonzalez.

Julio Escalona Mongue -COMUNIDADES, TERRITORIOS Y PODER CONDAL EN LA CASTILLA DEL DUERO EN EL SIGLO X


Los alfoces como entidades organizativas pre condales en Castilla durante el siglo IX

Los alfoces o territorios fueron las circunscripciones básicas de la organización territorial: como tales, sirvieron para el encuadramiento de los grupos humanos y de sus entidades de población. Y sugerimos, aun con toda su inevitable carga hipotética que fueron las más elementales unidades políticas. Las veo sobre todo como unidades pre-condales, es decir, como elementos previos a la formación y consolidación de los poderes condales.

Carlos Estepa Díez - Catedrático de historia medieval de la universidad de León. La Castilla primitiva (750 - 931): condes, territorios y villas. 


Caballero castellano del siglo XI

Foto de Maria Latova. Recreador Javier de Chinchon. Representando un caballero castellano de mediados del siglo XI

La época alto medieval 840 - 1035. la repoblación al norte del Duero. (Castilla condal y reino de León)

Hemos visto como la zona del norte, profundamente desarticulada tras los sucesos del siglo VIII, había quedado extremadamente deprimida desde el punto de vista demográfico.

Todo hace pensar que las estructuras territoriales visigóticas y tardo-romanas se descompusieron efectivamente. De la antigua red urbana queda el nombre y prestigio de algunos asentamientos tal como reflejan las crónicas del siglo X. Tales núcleos apenas estarían habitados, siendo a lo más pequeños puntos débilmente fortificados sobre las ruinas de ciudades anteriores.

Tres son las denominaciones más habituales que se dan a los lugares habitados en esta época: civitas, castrum y villae. Son tipos de núcleos cuyos perfiles no aparecen claramente definidos y a veces presentan una cierta ambigüedad en sus términos.

La civitas es una denominación común al occidente europeo y denomina a un tipo de poblaciones en las que se desarrolla un cierto poder institucional y una ascendencia sobre el territorio circundante que, en numerosas ocasiones incluye la dignidad episcopal. En la meseta existen poblaciones que habían sido sede episcopal durante la época visigótica (Asturica, León, Auca, Palantia, Salamántica, Avila, Segovia y Uxama).

De entre todas las poblaciones que se habían hecho acreedoras a la denominación de “civitas” se consolidarán como tales durante el siglo XI algunas de ellas; león, Astorga, Zamora son las principales del reino de León. Las dos primeras surgen sobre los recintos de trazado romano que aún se conservan, la tercera es, sin embargo, una “civitas” nueva de creación. Poder militar, poder eclesiástico y dominio sobre el territorio son los tres aspectos principales que definen el carácter de estos núcleos. 

A lo largo de los siglos IX hasta principios del XI, según Félix Benito Martín, las "civitas" eran ciudades establecidas como tales en el tiempo de los godos, muchas de ellas despobladas tras el colapso de la invasión musulmana, y repobladas tras reconquista de las tierras. 
Sustentaban el poder político y eclesiástico. Las mas importantes fueron: Asturica, León, Auca, Palantia, Salamántica, Avila, Segovia y Uxama, para el reino de León. Y Burgos para el condado de Castilla

El origen de la denominación “castrum” aparece muy tempranamente en las crónicas referidas a poblaciones. Ya desde el siglo VIII queda claro su carácter genuinamente militar y de control del territorio. Muchos de ellos se levantan sobre asentamientos pre existentes celtibéricos de la edad del hierro o hispano-romanos. En ocasiones la existencia de un punto ya poblado atrae de manera explícita a los repobladores, pero en otros casos la fractura histórica del siglo VIII y parte del IX supone una solución de continuidad en la ocupación de dichos lugares.

Como todo sistema de ocupación y control, las líneas defensivas de castros, claramente estructuradas durante la repoblación tienen una imbricación absoluta con el territorio. Una visión espacial de la localización de las principales líneas establecidas es muy reveladora de la visión del espacio que tuvieron los repobladores.

Hay que señalar que van a ser los valles los elementos fundamentales que atraerán la atención de los nuevos pobladores para controlar el territorio. 

Los castrum fueron principalmente fortificaciones militares construidas sobre otras previas de época visigoda o romana. En parte se puede decir que fueron los orígenes de los castillos bajo medievales. Estaban amurallados, bien con empalizadas de madera o de piedras. Dentro de las cuales se establecía un núcleo urbano, y un destacamento militar bajo mando de algún pequeño aristócrata 

Hay un tercer factor que es fundamental a la hora de conocer el territorio y su ocupación en la meseta superior, sobre todo en sus zonas centrales, y es el contacto campo – páramo que se produce en ellas. En efecto, el páramo y la campiña son dos realidades complementarias que marcan el carácter de los diversos ámbitos. El páramo, boscoso en tiempos medievales, más pobre agrícolamente, determinará una ocupación extensiva muy adecuada para la explotación ganadera. La campiña por el contrario es más apta para el cultivo de cereal. 

La configuración de los castros era prácticamente  homogénea en toda la región. Consistía en un pequeño recinto cercado, donde la función militar y residencial estaban estrechamente imbricadas. Sistemáticamente se asentaban en elevaciones de terreno, más o menos abruptas, con la misión de controlar el territorio. Su envolvente es casi siempre circular o elíptica, adaptándose a la cima del promontorio. El tipo es absolutamente homogéneo en toda la mitad septentrional de la meseta
La documentación alto medieval está repleta de menciones de “villa”. Se trata sin duda de la célula residencial básica de asentamiento de la primera repoblación y, aunque las acepciones de “villa” ofrecen diversos matices y no obedecen a una realidad homogénea, hoy conocemos con suficiente aproximación su constitución.

La tipología de “villa” no es homogénea en todo el territorio. En el páramo la estructura de asentamiento consistía en una “hereditas” en torno a un minúsculo núcleo formado por la “corte” con sus casas, herrenes, corrales etc. Estas fueron de origen familiar, cuyos vínculos continuaron manteniendo los pobladores. Sin embargo en la campiña se detectan poblaciones más complejas en las que las propiedades se delimitan.

La transformación de estos primeros núcleos, y fundamentalmente las “villa” como célula primaria de ocupación del territorio, en comunidades de aldea o núcleos mayores constituye una de las claves del entendimiento del proceso de formación urbana de Castilla y de León. 

En sus orígenes las villas no eran mas que pequeños asentamientos humanos, algunos sobre nucleos ya existentes, otros creados por los repobladores. Estos asentamientos sufrieron muy primitivos y rurales, fueron sufriendo un ascenso poblacional y urbanístico desde el siglo IX hasta principios del XI. Normalmente las villas crecían en torno a pequeños aristócratas vinculados con la realeza por medio de vasallaje.

Felix Benito Martín - El sistema medieval de asentamientos en Castilla y León. I - LA ÉPOCA ALTO MEDIEVAL 840 - 1035. LA REPOBLACIÓN AL NORTE DEL DUERO.

domingo, 18 de febrero de 2018

República Checa. Proyecto Mannfall siglo X

No todo en recreación histórica es y ha de ser batalla y combate. De hecho se sabe a ciencia cierta que la representación de la batalla es lo mas inexacto con diferencia de todo lo que rodea a la recreación. La verdad y realidad es que no se combatía como se hace en los eventos, donde los participantes parecen desear la muerte lanzándose bravamente contra las lanzas y espadas enemigas. Por ello desde hace tiempo creo en la arqueología experimental mas allá de los combates como una forma interesante de dar a conocer de forma interactiva como fue la historia de nuestra gente y tierra 

MANNFALL es un interesante nuevo proyecto educativo experimental nacido en la República Checa, donde se dará vida a diferentes aspectos del día a día de las sociedades recreadas mas allá de las cotas de malla y las batallas. Cada evento se llevará a cabo en un lugar diferente con un escenario diferente. Las siguientes fotos son del segundo encuentro que tuvo lugar del 16 al 19 de noviembre de 2017. 


En total, hubo 10 recreadores, 5 miembros de la caravana en combate, 3 atacantes y 3 perros. Los recreadores tenían que proteger la caravana en el camino al castillo Křivoklát. Durante el viaje, todos tuvieron que dormir en la naturaleza, protegerse de los bandidos y cruzar el río. Finalmente, los recreadores ataron las manos de los bandidos y los trajeron al castillo. Tras esto, el evento terminó y se celebró un banquete. 



Todos los participantes disfrutaron el evento, a pesar de que fue una lección muy difícil. La distancia total fue de más de 28 km, con comida, mantas de lana y equipo de guerra. El agua se bebía de pozos y arroyos. Lo que hace que Mannfall sea especial es el hecho de que no es solo una caminata, sino que también hubo pelea. Los participantes eran miembros de 8 grupos diferentes de 3 países, por lo que el evento tuvo un impacto positivo en la comunidad en nuestras repúblicas. Disfruta de las fotos y no dudes en dejar un comentario a continuación o compartir. Es mas, yo recomiendo absolutamente que se haga una visita para ver las fotos en el siguiente link de mas abajo. 

Fotos de Michaela Hermanová  Más fotos aquí https://www.zonerama.com/Michaelahphoto/Album/3904456


Castillos y motas en la alta edad media hispánica por Alvar Ordoño

Puede parecer chocante, pero el norte de Hispania durante la alta edad media, especialmente tras el colapso que supuso la invasión musulmana, era una tierra empobrecida con respecto al sur. Los grandes castillos que se hicieron populares en el siglo XIII, no eran aun un reflejo real de la sociedad medieval peninsular.

Normalmente la construcción de un castillo requería muchísimo esfuerzo, poder adquisitivo y tiempo. Unas generaciones comenzaban un trabajo que a buen seguro terminarían otras. Así pues es frecuente encontrarse con castillos cuyos orígenes datan del siglo X u XI, pero su estilo es propio de siglos posteriores. Esto se debe a que comenzaron a construirse en esos años, seguramente sobre estructuras anteriores, y terminaron de construirse bajo la forma que conocemos muchos siglos después.

Contextualizando el tema con el mundo de los ataques vikingos a España, nos encontramos con numerosas referencias a fortalezas en el viejo reino de Asturias (cornisa cantábrica) que fueron construidas sobre antiguos asentamientos previos, bien celtas, bien visigodos, bien tardo romanos. La propia palabra castillo procede de Castellum cuyos orígenes se encuentran en las fortificaciones celticas o proto celticas de buena parte de la España central y norte conocidas como  castros.
Bajo el “terror” normando al cantábrico, tomaron relevancia algunas construcciones importantes para la defensa del litoral. El castillo de San Martín construido por Alfonso III (866 – 910 ) en la entrada del río Nalón para defender la zona de los piratas nórdicos. Precisamente, y según se cuenta, un buen ejemplo de lo expuesto anteriormente, ya que el castillo de San Martín fue un castro celta previo.

En Villaviciosa una atalaya con muro de base visigoda. En Ribadesella una posible ubicación del mítico castillo de Bivanoe etc. Nos demuestra aparentemente lo que parece un intento en toda regla de los monarcas astures destinado a la protección de sus rías por medio de un sistema defensivo “anti normando” que giraría entorno al castillo de Gauzón como modelo base. También ocurrió en Galicia con las míticas torres de Catoira. Todos ellos, ejemplos de fortalezas construidas durante los siglos oscuros. De apariencia muy tocas, conservando aun una notable influencia en su estructura del mundo tardo antiguo, si bien no predominante, si residual.

De todos modos los grandes castillos no fueron la tónica contra la que se chocaron los vikingos a su llegada a España. Muy posiblemente los ataques que se realizaban en pequeños lugares, tenían lugar contra torres o pequeñas fortalezas que diferían mucho de las titanicas construcciones posteriores mas propias de siglos aun por llegar como el XIII o XIV

Los grandes castillos medievales no llegarían hasta muchos años después estando localizados en lugares muy concretos. La mayoría de las fortificaciones durante la alta edad media encargadas de custodiar caminos, pasos, o pequeñas villas serían de tipo motas

El modelo predominante eran castillos pequeños que se construían siempre que se podía aprovechando fortalezas previas. ¿Qué sucedía cuando no había una fortaleza previa?. En ese caso había que comenzar desde cero, indudablemente fue el caso de muchos señoríos locales creados durante la alta edad media. Señores con tierras que proteger o regir por mandato de condes o reyes que empezaban la construcción de una empalizada de madera a modo de muro , que con el paso de los años y la prosperidad del lugar terminaría siendo de piedra. En su interior una torre central dominaba el lugar, seguramente también de madera en sus inicios. 

Hay no obstante una construcción típica en la alta edad media, que se creía inexistente en Hispania, me refiero a las populares “motas” de madera típicas en el mundo franco y anglo-sajón.

Torres defensivas construidas sobre elevaciones del terreno, rodeadas de un muro de madera o piedra, muy posiblemente siguiendo el procedimiento antes comentado. Primero de madera para ser sustituida con el tiempo por muros de piedra. En España parece que no fueron tan habituales como en otras partes de Europa occidental, incluso se pensaba que no habían existido al estilo de las inglesas. Idea desechada desde hace tiempo al encontrar numerosas evidencias de las cuales hablaremos mas tarde.

En las islas británicas la más popular de las motas es la de Tombridge. En España una de las más populares por su anomalía con respecto a las demás, es la mota de Tres Palacios en Cantabria.
Las construcciones defensivas terreas, como también se conoce a las motas, representan una complejidad importante, mucho más de lo que a simple vista parecían.
Enormes taludes, colinas artificiales construidas únicamente para consolidar la posición, fosos, rampas, eran elementos habituales en las motas altmedievales hispanicas.

Resultado de imagen de mota de tres palacios cantabria

La mota de tres Palacios en Cantabria es uno de varios ejemplos de construcciones de tipo "mota" en los reinos cristianos de la península ibérica.

En las actuales provincias de Valladolid, Burgos y Palencia las fortificaciones terreas se hallan sobre relieves elevados en las márgenes de grandes ríos: Alarzón, Arlanza, Carrión, Pisuerga, ya sea sobre cerros adelantados y aislados a media altura entre los páramos, ya se sitúen sobre un espigón, o sobre un curso vadeable o bien comunicado, como pasa en Cabezón y Pampliega.

Escribano Velasco  en su publicación del 2001 –Analisis del macrorelieve en arqueología medieval. Establece una relación directa entre estos “castillos terrenos” y lugares estratégicos de lejanos tiempos. Exactamente enclaves defensivos  de la edad del hierro reutilizados por romanos y visigodos.

El propio Escribano nos describe como serían las motas alto medievales de los siglos oscuros en las tierras al norte del Duero, Galicia y cornisa cantábrica

(..) Las motas suponen una sobreelevación artificial de aspecto cónico, máso menos desmochado, debido al aporte de tierras procedentes de la excavación de grandes fosos que las circundan. Puede presentar diferentes plataformas de altura y dimensiones variables, plantas circulares y ovaladas y fuertes pendientes en todos sus flancos garantizando así la inexpugnabilidad del reducto.
En ocasiones, como ocurre en el Castillo de Torquemada, se conservan aún un puente sobre el foso. En la parte alta de la colina se levantaría la torre de madera (..)

Parece que se trataba de posiciones defensivas construidas sobre elevaciones naturales del terreno, que además eran reforzadas para su defensa con empalizadas de madera, fosos con agua, etc. Sin ninguna duda se trataba de castillos en miniatura que en muchos casos posiblemente precedían a las grandes construcciones posteriores. En estas fortalezas compuestas por torre y empalizada circular, se situarían señores, o caballeros encargados de custodiar caminos (Caso de mota de Tres Palacios - Cantabria). O bien simples custodios de fronteras trabajando para sus señores, regidores de áreas.


Las motas medievales en los reinos cristianos del norte del Duero, llegaban a ser creadas sobre colinas elevadas por la mano del hombre con el único pretesto de construir una torre de madera fortificada con una empalizada que controlara la zona encomendada por algún aristocrata

El estado actual de la mayoría de las motas españolas, y el poco interés que despierta en este país cualquier estudio histórico que no esté relacionado con la guerra civil, el siglo XIII, o el renacimiento, hacen difícil poder establecer un origen cronológico de las mismas. Hay quien asegura que muchas de ellas datan del siglo IX y del X, sin ser nombradas como motas en aquellos tiempos.

(..) Jalonaban vías de comunicación de importancia, aunque no existen datos concretos de un sistema como tal destinado a ello. (..)

Nuevamente la medievalista Consuelo Escribano Velasco nos dice:

(..) Todos estos enclaves se encuentran inventariados como yacimientos arqueológicos que es posible poner en relación con otros de origen alto medieval en otras zonas de la meseta norte situados en el valle del Duero, del Cega o del Eresma (..) No podemos olvidar que en la alta edad media no son frecuentes las alusiones a territorios poblados, organizados y zonas controladas desde núcleos fortificados por élites sociales desde el siglo IX.
Grimaldo nos confirma la existencia de una organización territorial dependiente de la fortaleza de Muño en el siglo X “territorium muniensis castri”  y de su tenente, el conde, que desde aquí organizaba la repoblación y reorganización de algunos otros territorios como Roa sobre la línea de Duero (..)

Parece evidente que muchas fortificaciones de tipo “mota” ocuparon un espacio vacío en medio de la nada, dando fuerza a la teoría de posiciones destinadas al control ocasional de caminos, tierras y fronteras. O fortificaciones destinadas a políticas concretas como la repoblación de las tierras al norte del Duero expuesta por Consuelo Escribano, o la vigilancia territorial.

En la zona del norte peninsular, dentro del territorio exacto bajo ataques normandos, no encontramos referencias directas a ataques a motas. Pero pensamos que fueron posibles al tratarse de una fortificación defensiva destinada a controlar las tierras, estando documentada en el norte de España con la ya nombrada Mota de Tres Palacios en Cantabria, o la mota medieval de la iglesia de Alaiza (Alava). Pintura a la izquierda de artículo, que nos deja ver un aparente ataque a la fortificación, la cual es a su vez es defendida desde las murallas por guerreros

Alvar Ordoño - Articulo escrito para la revista impresa de Hispania de los Vikingos especial Reinos Hispanos. Y publicado en el magazine online de Hispania de los Vikingos el 17 de Abril del 2016 bajo el titulo de: Castillos y motas en la alta edad media hispanica


York viking festival 2018

La verdad es que sin tener intención de desmejorar los eventos de Inglaterra, los cuales pienso han sido un absoluto referente en todo occidente a la hora de hacer las cosas con elegancia, y principalmente con rigor histórico. Lo cierto es que desde hace ya algunos años se esta viendo un nivel inferior en el mundo recreacionista con respecto a años anteriores.

No se a que se debe, supongo que a la propia globalización del concepto vikingo, el cual esta llegando a ser a día de hoy mas una fiesta de disfraces que algo realmente vinculado con un contexto histórico contextualizado en determinados siglos según la propia historia del país.

Sea como fuere, lo cierto es que este pasado fin de semana de Febrero 1018, tuvo lugar un año mas el evento vikingo inglés de York. Ahí os dejo algunas de las fotos acontecidas. He intentado seleccionar las mas acorde a la época y en las que creo haber encontrado menos fallos.