Año 661. El rey visigodo Recesvinto, enfermo y cansado tras las luchas contra los vascones, decide hacer un alto en su camino. Cree que el paraje elegido junto a un manantial es un buen lugar para establecer su campamento y esperar que su afección renal mejore. La vida transcurre con normalidad y el rey se recupera de su enfermedad notablemente, hecho que atribuye al poder curativo de las aguas de la cercana fuente. En agradecimiento por su mejoría manda construir una basílica dedicada a San Juan Bautista, que tanta relación tuvo con el agua.
Pasados 1.352 años, las mujeres y los niños pasean por el campamento con sus mejores galas: Peplos púrpuras (vestidos abiertos que se ciñen al cuerpo con cintos y solo se unen en los hombros por broches) propios de la cultura germánica y túnicas dalmáticas, amplias y mucho más decoradas con bordados, de estilo bizantino imitado por los visigodos. No es que el tiempo no haya pasado en Baños de Cerrato, sino que este fin de semana la localidad celebra, dentro de sus Fiestas de San Juan Bautista, la I Feria Visigoda y muchos de los vecinos han colaborado vistiéndose al estilo de la época para dar más realce a esta rememoración histórica.
De esta manera, vecinos y visitantes recorren los puestos de alimentación y artesanía que se han instalado cerca del manantial o baños que dan nombre al pueblo. También conocen mejor el estilo de vida de quienes estuvieron acampados en este mismo lugar hace 13 siglos. Comprueban como eran esos asentamientos en los que se compaginaba la vida militar y civil gracias a El Clan del Cuervo, cuyas representaciones históricas de algunos espacios y actividades nos transportan al siglo VII. Es fácil reconocer la tienda en la que el noble habita durante la guerra. Una réplica de una cama, un oratorio con una cruz y bordados del Tetramorfos, el trono desde el que recibir a las visitas y, por supuesto, el armero en el que se ven el yelmo, la lanza, el escudo, la espada y la armadura laminar, nos hblan de la categoría militar y el puesto que el noble ocupa en la jerarquía.
Otras armas más comunes como el sax (una especie de machete muy común entre los germánicos), lanzas, escudos y cascos también nos ilustran sobre qué tipo de luchas protagonizaban los visigodos en tiempos de guerra. Además, podemos visitar un scriptorium, un taller de labrado de madera, el trabajo artesanal de huesos y cuero, una fragua para dar forma al metal, un taller de medicina en el que se puede ver cómo preparaban los brebajes sanadores e incluso un taller textil.
Ayer, mientras algunos paseaban por la feria y el campamento visigodo, otros asistían al rito hispano visigótico-mozárabe que tuvo lugar en el interior de la pequeña Basílica de San Juan. Una misa diferente a la actual en la que ocupa un lugar destacado la música litúrgica que ayer corrió a cargo del Coro Vox Vitae de Valladolid, dirigido por Jorge Colino, y la participación activa de los asistentes al responder a las plegarias.
A continuación, unas Coplas de Ciego dieron a conocer a los asistentes, a través de una narración poética, la llegada del Rey Recesvinto a Baños de Cerrato.
Por su parte, las diez peñas de la localidad prepararon cinco paellas para ofrecer una degustación de la que repartieron unas 1.500 raciones.
Talleres infantiles, tiro con arco, visitas guías a la Basílica combinadas con la proyección del documental Recaredo, Rex Gotorum, completaron los actos de la jornada. Hoy se repetirán algunos talleres y las calles se animarán con yinkanas, pasacalles y un torneo de caballeros visigodos, para acabar a media noche con la hoguera en honor a San Juan.
Diariopalentino.es
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