Tedeja,
ese viejo castillo de la no menos vieja, arcaica y ancestral región de Burgos,
en una época en la que Burgos, y la propia Castilla no existían como tales. En
realidad y para ser exactos, Tedeja no es un castillo, sino una fortaleza que
posiblemente hospedara en su interior, y tras una importante muralla, una
ciudadela con algún que otro puesto de guardia militar. Puede por tanto que
estemos hablando de una de las principales y mas antiguas, sino la mas antigua
y quizás original fortaleza, o torre fortificada de Castilla la vieja, l
Castilla del Norte.
Muchos
datan el castillo de Tedeja en torno al siglo V, extendiéndose en su uso hasta
el siglo XIV. José Angel Lecanda estima que posiblemente se tratara de un
puesto de control propio del mundo tardo antiguo, más concretamente y por las
fechas, tardo romano del siglo III. En el libro “Condado de Castilla” de Frat
Justo Pérez de Urbel, se asegura que el fundador del castillo fue Don Pedro el
godo, duque de Cantabria muerto en el 740 y suegro de Pelayo, el primer rey de
la monarquía Asturiana.
Para
Hauberto Hispalensis de Gregorio de Argaiz, los refugiados godos del duque
Pedro de Cantabria se replegarían en Tetelia tras la caída de Amaya frente a
los musulmanes que invadieron la península tras la victoria contra Ruderico en
Guadalete (año 711). Utilizando la fortificación y en general toda la zona,
como una especie de cerrojo que cerraba el desfiladero y salvaguardaba la zona
del valle de Tobalina. Se transformó por tanto en una especie de “último
Bastion” de resistencia visigodo en la zona norte contra el invasión y sus
huestes militares llegadas desde África.
Así
fue al menos durante unos cuantos años, facilitando la huida de Toledo de los
últimos espatarios godos ante el avance del islam, entre los que posiblemente
se encontraba Pelayo, No es casualidad por tanto que a mitad entre la leyenda y
la realidad, se piense que el lugar pudo ser panteón de algunos de los reyes visigodos.
De
cualquier forma y aun cuando se le atribuye un origen anterior a la alta edad
media, cosa que yo personalmente comparto. Incluso viendo la zona geográfica en
la que se construyó me atrevo a asegurarle un origen dentro del grupo de
poblaciones celticas, o celtizadas del norte de Castilla, pues a simple vista
se aprecian coincidencias palpables con los típicos oppidas fortificados
construidos en montes o cerros para facilitar su defensa.
Muy posiblemente, y dada la elección del lugar para construir la fortaleza. Esta fuera previamente un asentamiento de tipo oppida de los pueblos célticos que llegaron a esa primitiva Castilla aun por nacer
De
cualquier forma como decía, la primera referencia que se tiene de él procede
del año 790, cuando se le menciona en una donación del abad Alejandro de
Quelino al monasterio de San Juan de Cillaperlata, el cual se encuentra “in
locum qui dicitur cellaprelata subtus Tetelia”. Cierto que el documento es
posterior al Siglo V pero tiene un valor indiciario ya que los datos
arqueológicos conocidos para este monasterio evidencian, para sus fases iniciales,
un contexto avanzado del siglo VIII o quizás de principios del IX.
Es
a partir de esta referencia cuando se suceden las mismas de forma continua
desde el siglo X hasta XIV, cuando el rey Enrique II de Castilla cede sus
derechos a Pedro Gómez de Porras
En
este texto que escribo, me centraré únicamente en su época más antigua y alto
medieval, ya que en parte son las épocas en las que centro gran parte de mis artículos
y estudios, intentando con ello potenciar y dar a conocer la sociedad civil y
militar de aquella Castilla primitiva, mas semejante a la vieja Normandía,
Francia o Inglaterra de los sajones, que a la Castilla erróneamente identificada
con órdenes militares, templarios y caballeros en lujosas armaduras. Esos
hombres, y modas, aun tardarían muchos siglos en llegar a todas estas tierras.
En el siglo XI, y en general en toda la alta edad media hispánica. Los caballeros y ropas civiles, si bien es cierto que con determinadas peculiaridades, no distaba mucho de los ropajes de otros reinos europeos como sajones, francos, o normandos.
En
los siglos III hasta el V, año impactante e importante en la historia de
España, pues se pone fin a la época del mundo romano iniciándose la era de los
bárbaros, atravesando varias tribus germánicas los pirineos en el año 409. La
zona estaba compuesta por diferentes castros como Nocedo (Navagos), la Quintana
(Rosales), Castillo (Rosio) o San Pantaleón. Todas esas viejas fortalezas
posiblemente ya convertidas en pequeñas villas bajo imperiales, estaban
vigiladas por turris o torres tardo romanas, dentro de las cuales una de ellas
sería el Castillo de Tedeja.
Se
encargaban de controlar y mantener el orden de las vías romanas evitando
inseguridad, bandolerismo, o amenazas exteriores.
Es
importante remarcar el origen de las motas medievales, el cual posiblemente se
encuentre preciosamente en todas estas torres o turris tardo antiguas. Y es que
la similitud es evidente, no por ser utilizadas como lugares de control, sino por
su composición. En ambos casos torres de madera o piedra elevadas, rodeadas por
empalizadas o fosos.
En
el siglo V comienza la construcción de la muralla, y como ya he aventurado, es
precisamente en el siglo V, exactamente a comienzos de ese mismo siglo, cuando
Hispania se ve convulsionada por la entrada de Suevos, Vándalos, y Alanos.
Es
entonces cuando comienza a levarse la muralla del recinto, que perduraría hasta
el 711. El lugar fue ocupado por los visigodos entre los siglos V al VIII. La
zona se ve reforzada por la presencia de monasterios que buscarían la protección
del lugar, como Santa María de los Reyes godos. Lugar que bien pudiera ser panteón
de reyes o nobles en la antigüedad.
La
zona sigue bajo control visigodo hasta la llegada de los musulmanes, los cuales
si bien es cierto que ejercen un dominio muy corto de la zona, y en general de
toda la Castilla Norte (711 – 745), no menos cierto es que re utilizaron el lugar
con fines militares.
La
fortaleza, más bien la muralla, resistió las aceifas musulmanes en los siglos
que estaban por llegar. Vio nacer a los condes de Castilla dentro del contexto histórico
de la leyenda de los condados y condes, y en el siglo XI (1028 al 1054) cambio
de regencia al incorporarse la zona al reino de Pamplona en una donación del
rey navarro Garcia Sanchez III de Najera a su mujer Estefanía de Foix. En esa
época el señor del castillo de Tedeja era Fortún López. A su vez se nos informa
de un tal Galindo Bellacoz de Colindres, quien controla la regencia del alfoz
de Tedeja en 1054.
En
el XI la tendencia de Tedeja toma el nombre de su castillo, siendo la zona mas
norteña del valle de Valdivielso y su castro. Es muy probable que la tendencia
de Tedeja comprendiera los alfoces de Campo Redondo, Ciguenza, Medina, Torres,
Mijangos, Los Butrones, El valle del Valdivielso y el valle de Caderechas, cada
uno de ellos con su correspondiente elemento defensivo. Fuera este castillo, o
mota fortificada.
Muralla fortificaza de Tedeja, en la que se puede apreciar fácilmente similitudes con las fortalezas celtas de tipo oppidas. Situadas en elevaciones de terreno y rodeadas de murallas de piedra ya desde la edad del hierro
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