jueves, 30 de enero de 2020

miércoles, 29 de enero de 2020

La leyenda de San Millán de la Cogolla, patrón de Castilla, y su vinculación con la tradición pagana indoeuropea

Es menos conocido que Santiago Matamoros como patrón de España, pero mas importante que él en Castilla. Hablo de San Millán, patrón del reino desde la alta edad media. Un santo que fue heroificado por el sentir popular castellano siguiendo el más tradicional proceder de los pueblos indoeuropeos primitivos. 

Al San Millán histórico lo encontramos en la Rioja a finales del siglo V y principios del VI como hijo de un pastor. El propio santo trabajó pastoreando los campos cuando era niño, hasta que a la edad de 20 años recibió la llamada de Dios. En ese momento decidió apartarse de toda vida social y hacerse ermitaño en los bosques y montes de la sierra de la Demanda que separa la meseta del valle del Ebro. Allí en roca viva excavo su propio hogar, siendo ordenado sacerdote por el Obispo de Tarazona Didimo del pueblo de Berceo a mediados del siglo VI (año 560)

Tras unos años experimentando la vida eremitica y clerical, San Millán decidiría regresar a la soledad de las montañas y la vida monástica del monasterio de Suso, donde murió a los 101 años. Una edad extremadamente avanzada para la época.

Su mito como patrón de Castilla con un cierto aire de "santo de las batallas", lo cual ya de entrada nos recuerda demasiado a esas deidades de las guerras propias del mundo indoeuropeo. Llegaría en el siglo X, muchísimos años después de su muerte. 

Narra la leyenda, que en la batalla de Simancas durante el año 939. Ramiro rey de Asturias, Fernán Gonzalez conde de Castilla y García Sanchéz rey de Pamplona - Najera se enfrentaron al poderoso rey moro Adb al-Rahman III. 

La batalla fue terriblemente violenta y dejó casi 10.000 victimas en el campo. Duró cuatro días que terminaron con el poder califal y la victoria cristiana. Durante los días previos a la batalla se vivió un eclipse total de Sol. Algo que aterrorizo a los musulmanes y cristianos y que fue descrito así por Kitad ar-Rawd.

(..) Encontrándose el ejército cerca de Simancas, hubo un espantoso eclipse de sol, que en medio del día cubrió la tierra de una amarillez oscura y llenó de terror a los nuestros y a los infieles, que tampoco habían visto en su vida cosa semejante. Dos días pasaron sin que unos y otros hicieran movimiento alguno. (..)

Kitab ar-Rawd


Con un panorama así es fácilmente comprensible la predisposición de creer y crear mitos. Y es que fue durante la batalla, según cuenta la leyenda. El momento que escogió San Millan de Castilla para aparecerse a los cristianos cabalgando sobre un caballo blanco que atravesaba el cielo, lanza en ristre, dando aliento a los hispano norteños para que plantaran batalla a los infieles 

Seguramente dicho de esa forma no inspire a nadie una reminiscencia pagana arcaica, ¿verdad?. Pero si cambiamos la escena y lo planteamos de la siguiente forma, seguro que muchos cambiáis de opinión.

Fue ese el momento que escogió Wotan para aparecerse a los vikingos cabalgando sobre su caballo blanco, que atravesaba el cielo lanza en ristre, dio aliento a los nórdicos para que plantaran cara a los cristianos.

Así si ¿cierto?. En realidad la escena no ha cambiado, es exactamente la misma. Lo único que he cambiado a sido el enfoque. Podemos comprobar como en realidad la figura de San Millán fue usada por los cristianos del siglo X como personaje histórico cristiano al que revistieron de elementos paganos que aun formaban parte de sus tradiciones y creencias mas atávicas.

El profesor Menéndez Pidal descubrió elementos del mundo germánico en la épica castellana, a lo que el profesor y arqueólogo Almagro Gorbea añadió elementos del mundo clásico indoeuropeo y celta. Todo ello lo vemos fusionado en el mito y leyenda de San Millán de la Cogolla, patrón de Castilla, y en parte, santo de las batallas al igual que Santiago Matamoros. 

Los dos comparten elementos sagrados para el mundo indoeuropeo. Cabalgan caballos como los héroes del mundo clásico indogermánico (Almagro Gorbea - conferencia temas celtas en la épica castellana del poema de Fernán Gonzalez - diputación de Burgos año 2018) . Elemento que les vincula a modo de animal psicopompo sagrado entre el mundo del mas allá y el presente. Sus caballos son blancos, color sagrado desde el mas ancestral origen del mundo indoeuropeo (Almagro Gorbea - conferencia temas celtas en la épica castellana del poema de Fernán Gonzalez - diputación de Burgos año 2018). Un símbolo de la divinidad, el caballo celeste que participaría en la batalla de los Dioscuros romanos. Un elemento propio de los héroes arios desde que los indoeuropeos domaron este animal que se ve también representado en el mundo hindú por Kalki, el último avatar.

Las representaciones de jinetes heroicos montados a caballo acompañan el mundo peninsular desde las monedas de Numancia, normalmente por cierto, armados con lanza. Atributos del dios Lugus y Wotan. Hasta las innumerables estelas célticas en las que nuevamente héroes montados a caballo armados con lanza, representan divinidades o héroes que desconocemos a día de hoy. (Vease por ejemplo la estela de Lara de los infantes - Burgos - Museo arqueológico de Madrid)


Quizás mas sorprendente aún son las efigies de las cerámicas celtibéricas de la edad del hierro hispánica. En algunas, como por ejemplo El Castelillo de Aloza (Teruel) se aprecia con claridad un jinete a caballo, (dios o héroe nunca lo sabremos) montado el equino como elemento heroizante indoeuropeo, armado con lanza, algo que nos recuerda nuevamente demasiado a dos dioses celto germánicos Lugus y Wotan. Incluso en esa imagen se ve la figura acompañada por dos aves que bien pudieran ser dos cuervos (igualmente animales totemicosOdin / wotan / Lugus).


Comprobamos aquí como elementos comunes al mundo indoeuropeo se repiten desde la edad del hierro hasta la edad media. El caballo como símbolo sagrado del héroe con atributos del mas allá, o del dios que cabalgando atraviesa el cielo llegando a la tierra.

Seguramente el dios germánico Wotan es ejemplo mas conocido a día de hoy de todo lo que estamos comentando. Dios padre de los nórdicos, y divinidad relacionada con la guerra. Un Dios que comparte demasiadas similitudes con nuestro San Millan. Cabalga el cielo con un caballo y lidera a su horda de guerreros en la cacería salvaje. Un dios de la guerra, invocado en las batallas armado con una lanza.

Evidentemente los cristianos de la batalla de Simancas, no estaban pensando en Wotan cuando vieron a su San Millan aparecer montado a caballo en el cielo. Pero sí estaban utilizando inconscientemente elementos paganos indoeuropeos al crear el mito. Elementos que formaban parte de su tradición, de sus supersticiones, de sus elementos arcanos inconscientes, de su propia cultura ancestral. La cual con el paso de los siglos fue adoptando elementos nuevos con los que convivieron. Y es que como bien apunta Almagro Gorbea, seguramente la épica medieval castellana no solo adoptó elementos propios del mundo germánico del que procedían buena parte de los reinos alto medievales españoles, sino también celtas de la edad del hierro, incluso arquetipos propios del lejano mundo del bronce indoeuropeo. 

Todo ello acondicionado al momento histórico y a la sociedad concreta de un siglo concreto, crearon personajes y leyendas como la del Patrón de Castilla San Millán de la Cogolla. O Santiago Matamoros y su caballo blanco. El hijo del trueno que acompañó las milicias españolas desde la edad media hasta el renacimiento, y que unía el renacimiento con el pasado pagano de la Europa celto germana hasta la edad media.

Las divinidades y tradiciones paganas indoeuropeas no desaparecieron, se adaptaron a los nuevos tiempos y a nuevas creencias. Así pues, nuestro San Millan como mito, no como personaje histórico, no es mas que esa vieja divinidad ancestral que cabalgaba un caballo blanco como elemento celestial invocado en las batallas. El dios de la guerra del pasado, un santo en el presente. Que fue rescatado como mito en el siglo X bajo una capa de cristianismo adaptando con ello la leyenda a los nuevos tiempos y creencias. Pero que bajo ningún concepto nos puede hacer olvidar su origen como mito.

Una leyenda que le vincula con los dioses paganos de la guerra y las batallas que poblaron las montañas y bosques de Hispania antes de la llegada de la edad media, y que aun perdura en su esencia en el siglo XXI coronando templos en su honor bajo la imagen de iglesias y capillas. 

Alvar OrdoñoDivulgador e investigador histórico. Recreacionista de los grupos BAIRA, REGNUM CASTELLAE. Fundador del proyecto HISPANIA DE LOS VIKINGOS. Escritor y articulista de los magazines. HISPANIA BARBARORUM / NUEVA GOTHIA. HISPANIA DE LOS VIKINGOS, RUEDA SOLAR, NUEVA BARDULIA y LA ERA DEL HIERRO. 

La leyenda de las 100 doncellas

Cuenta la leyenda que el rey astur Mauregato, uno de los cuatro conocidos como los reyes holgazanes por su escasa aportación a la reconquista, pactó con los moros un tributo anual por el cual tenía que entregar cien doncellas de gran belleza de las cuales cincuenta tenían que ser de origen noble y las otras cincuenta de origen plebeyo, a cambio, él tendría asegurada la paz de sus tierras.

Muchas fueron las doncellas enviadas al sur, pero algunas que se negaban a ir y luchaban con más fuerza que las demás, decidieron desfigurarse pues así al perder su belleza también perdían valor y no eran aptas como pago del tributo.

En tiempos de Alfonso II se seguía pagando este tributo y es en este tiempo donde comienza la leyenda que voy a relatar.

El rey designó a Nuño Osorio para custodiar a las doncellas hasta el lugar donde se debería de hacer la entrega de este curioso tributo y cuando llevaban un buen trecho recorrido, una de ellas, Sancha decide desnudarse y animar a las demás a que lo hagan también y no sirvió de nada que sus guardianes quisieran convencerlas de que volvieran a vestirse, ni con ruegos ni con amenazas y por mas que les preguntaban por que lo hacían, ellas no decían ni palabra y en vista de que no conseguían hacerlas entrar en razón, decidieron continuar el camino hasta que al aparecer los moros que venían a recogerlas, ellas volvieron a vestirse y es entonces cuando Sancha dice:

Atiende, Osorio cobarde, afrenta de homes, atiende, por que entiendas la razón, si non entenderla quieres. Las mujeres non tenemos vergüenza de las mujeres; quien camina entre vosotros, muy bien desnudarse puede, porque sois como nosotras, cobardes, fracas y endebres hembras, mujeres y damas; y así no hay por que non deje de desnudarme ante vos, como a hembras acontece. Pero cuando vi los moros, que son homes, y homes fuertes, vestíme, que non es bien que las mis carnes me viesen. ¿Qué honestidad he perdido cuando vengo entre mujeres? ninguna pues que lo sois tan cobardes y tan leves.”

Claro, llevar custodiadas a unas cuantas mujeres para entregarlas a los moros como esclavas a cambio de paz lo podían admitir, pero ¿qué les llamasen mujeres? jamás!!. Tal ofensa provocada por Sancha hizo reaccionar a los astures, quienes montaron en sus caballos y cargaron con lanza y espada contra los infieles sin dejar uno con vida.

No sabemos si a raíz de este incidente o no, pero lo cierto es que con el paso de los años el tributo de las cien doncellas dejó de pagarse. Si bien hay una base de leyenda irreal en todo esto, ya que nunca ha podido demostrarse históricamente que el tributo de las mujeres a los musulmanes a cambio de paz fuera real. 

martes, 28 de enero de 2020

Un santuario en honor a Perun a 4 kilometros de Novgorod

En el bosque de robles de la colina sobre el río Volkhov en 1948., fue descubierto un santuario en honor del dios pan eslavo Perun. Situado a 4 kilometros de Novgorod, el arqueólogo ruso Sedov investigó el lugar estimando que el lugar fue construido en el siglo XVIII seguramente sobre las bases de un santuario antiguo en honor a las divinidades paganas rusas.

El espacio totémico estaba compuesto por un circulo de 21 metros rodeado de una trinchera llena de arena. En el centro del circulo un pozo en el que una vez se elevó un enorme pilar de madera con cabeza de plata y bigote de oro del dios Perun. Se supone igualmente que el lugar estaba rodeado por otras deidades del panteón eslavo ruso. La investigación no puede detallar una fecha exacta del descubrimiento, ya que el sitio fue destruido con la llegada del cristianismo.


La muerte de Kobe Bryant

Me ha entristecido bastante la muerte de Kobe Bryant. No me lo esperaba, supongo que como nadie. Lo mas triste no es la muerte del jugador de baloncesto, sino la de su hija de 13 años. Toda una vida por delante perdida. Es muy duro asumir la muerte de un niño, y mas de un hijo.

Siendo sincero yo no viví de primera mano la era de Bryant en los Lakers, pero si fuí de los L A Lakers cuando era adolescente, quizás mas bien un niño. En aquellos años 80 donde Ramon Trecet nos acercaba el baloncesto de la NBA por primera vez en España a las 24:00 horas, todos los viernes en el programa "cerca de las estrellas".. que recuerdos.

Mi generación fue la que vivió la era de Magic Jhonsson, Kareen Abdul jabbar, los inicios de Michael Jordan y los míticos duelos en las finales de Boston Celtics y Lakers. los All Stars Games del Este contra el Oeste con ese mágico ambiente de lujo hollywoodiense que rodeaba toda aquella época. Una éra entrañable y irrepetible.

Sirva mi honor y recuerdo a Bryand una foto con mi camiseta de los Lakers de los años 80. Una camiseta que aun conservo, la cual fue un regalo de mi madre para reyes. marca Spalding, la marca oficial de aquellos años. Con el 32 de mi jugador preferido de aquellos días, Magic Jhonson, el mítico base de 2:06cm de los Angeles.



Yelmos polacos del siglo XI

Yelmos polacos cónicos del siglo XI. Casi todos los yelmos de tipo cónicos con protección nasal de una sola pieza de metal, conocidos vulgarmente como de tipo "olmutz". Han sido localizados en Europa del este.
A España llegaron a finales del siglo XI y se hicieron populares durante el siglo XII. Antes de este tipo de yelmos el mas habitual era el tipo spangenhelm con protección nasal.
Tenía la misma tipología que los de la foto, pero se componía de varias piezas (spangen) unidas en el centro.


García Fernandez. Defensor de la frontera del Duero: García resiste frente Almanzor

De muchas de sus campañas no nos dijeron nada los historiadores musulmanes, sin duda porque no fueron brillantes. Con tenacidad admirable, García cerró el paso al invasor y se quedó solo: Bermudo había pactado, Sancho Abarca se había sometido y Borrel había visto Barcelona saqueada e incendiada.

Comprende que le era imposible conservar las plazas alejadas y, así, decide en 984 retirarse a Sepúlveda abadonando Atienza. Ambas plazas se pierden tras la toma de Simancas.

Después de la aceifa de 987 a León, Bermudo II se retira a Galicia. García se presentó al otro lado del Cea con el intento de erigirse en defensor de aquella tierra desamparada por su señor legítimo.

Biografía de Fernán Gonzalez de Castilla

Personaje teñido de tintes legendarios, la base patrimonial de su familia era el castillo de Lara (Lara de los Infantes), estableciendo un poderoso linaje que alcanzará gran influencia en el reino leonés. En ese castillo crece y hereda el título de su padre tras el apresamiento y muerte de su tío Nuño Fernández.

En el año 929, Fernán González aparece en documentos con el título de conde al frente de Lara,​ dentro de la organización administrativa de la marca oriental del reino de León, aunque los documentos anteriores a 932 en los que aparece con el título condal pueden ser apócrifos. En 931 o 932, Fernán González logró reunir el gobierno de los condados de Burgos, Lara, Lantarón, Cerezo y Álava ​ y es mencionado como conde de Castilla por primera vez en un documento del monasterio de San Pedro de Cardeña en 932 que está datado Regnante Ranimiro in Obeto et comite Fredinando Gundissalbiz in Castella y seguramente fue nombrado conde por el rey Ramiro II de León que subió al trono en noviembre de 931.

En 932, Ramiro II de León organizó una expedición contra la fortaleza de Magerit a la que posiblemente acudió Fernán González. La ciudad fue tomada así como su castillo obteniendo de ello un gran botín. Sin embargo, Magerit fue retomada por los musulmanes tras ser abandonada por el monarca leonés. Un año más tarde Abderramán III contraatacó cercando El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz. Ramiro II acudió en ayuda de Fernán González logrando levantar el cerco de San Esteban de Gormaz y venciendo a las huestes califales cerca de Ciudad de Osma.



En 934 Abderramán III avanzó nuevamente con su ejército por territorio castellano, sin encontrar ninguna oposición. Asoló Álava, destruyó Burgos, y cometió numerosos atropellos, como la matanza de doscientos monjes en Cardeña.​ En el viaje de retorno se encontró con que Ramiro II había tomado Ciudad de Osma y estaba allí esperándolo junto con Fernán González. Los leoneses derrotaron en batalla a los musulmanes, «matando a muchos millares de ellos», según los Anales Castellanos Primeros.

De 937 data el único documento original firmado por él que se conserva, un acta notarial por la que dona una propiedad suya, el monasterio de Santa María de Cárdaba (hoy en la provincia de Segovia), al monasterio de San Pedro de Arlanza (Burgos).f​

En agosto de 939, el conde de Castilla tuvo un papel destacado en la batalla de Simancasg​ en la que fueron derrotadas las tropas del califa Abderramán III.9​ A continuación, en 940 conquistó Sepúlveda y la repobló,10​ así como Riaza y Fresno. Ese mismo año concedió el Fuero de Sepúlveda que estaba concebido para atraer repobladores a esa zona extremadamente peligrosa por su situación fronteriza con las tierras musulmanas.

Viendo su poder acrecentado, empezó a actuar de manera cada vez más independiente del reino de León y, siguiendo esta política, se casó con la infanta Sancha Sánchez, hermana del rey García Sánchez I de Pamplona y más tarde con Urraca Garcés, sobrina de la infanta Sancha al ser hija del rey García Sánchez I.

Fernán González se sintió enormemente agraviado cuando el rey Ramiro II de León nombró a Ansur Fernández como conde de Monzón, condado que bloqueaba su expansión hacia los territorios comprendidos entre el río Cea y el río Pisuerga (excluyendo el condado de Saldaña en el oeste).

Según Sampiro, en 944 «Fernán González y Diego Muñoz ejercieron tiranía contra el rey Ramiro, y aun prepararon la guerra.4​ Mas el rey, como era fuerte y previsor, cogiólos, y uno en León y otro en Gordón, presos con hierros, los echó en la cárcel». Ramiro II entregó el gobierno de Castilla al infante Sancho y al conde Ansur Fernández,​ que sería su ayo y protector. Después de permanecer alrededor de un año en prisión, Ramiro II liberó al traidor, no sin antes hacerle jurar fidelidad. Para dar solemnidad a lo pactado, poco después se produjo la boda entre la hija del conde, Urraca Fernández, y su propio hijo y heredero, Ordoño. Estas disensiones internas debilitaron el reino leonés, lo cual fue aprovechado por los musulmanes para lanzar varias aceifas de castigo con destino al reino cristiano. El arabista francés Évariste Lévi-Provençal sospechaba que durante estos años Fernán González pudo establecer algún tipo de amistad o de alianza con el califa de Córdoba, que las aceifas dejaron en paz a la debilitada Castilla y se dirigieron hacia la zona occidental del reino.



Muerto Ramiro II en el 951, el reino de León quedó sumido en una crisis dinástica que Fernán González supo aprovechar en su favor. Inicialmente apoyó las reclamaciones de Sancho el Craso contra su hermano Ordoño III, pero, al no prosperar su causa, se vio obligado a reconocer a Ordoño como rey. Paralelamente, en el año 955 Fernán González derrotó a las tropas musulmanas en San Esteban de Gormaz.

La temprana muerte de Ordoño III permitió al castellano recuperar su capacidad de maniobra, aunque en esta ocasión no apoyó a su antiguo aliado, el rey García Sánchez, que pretendía que Sancho el Craso fuera rey de León. Derrotado en el 960 por la intervención navarra, fue capturado por García Sánchez en Cirueña, pero recuperó la libertad tras hacer diversas concesiones territoriales.

Para reforzar su posición frente a los demás territorios cristianos, casó a su hija Urraca Fernández con el hijo de Ramiro II, Ordoño III. Más tarde, Urraca sería repudiada por Ordoño III debido al apoyo que prestó Fernán González a Sancho el Craso. Después de la muerte de Ordoño III, Urraca se casó con Ordoño IV, que por entonces era aliado de Fernán González, y, tras la muerte de Ordoño IV, se casó con Sancho Garcés II de Pamplona. Otra de sus hijas, Muniadona, fue dada en matrimonio a Gómez Díaz, hijo del conde de Saldaña, Diego Muñoz.

En el 963 pactó una tregua con Alhakén II tras la destrucción de San Esteban de Gormaz por los musulmanes. El conde castellano actuaba al margen de la debilitada autoridad real. En tal situación de desorden, Fernán González fue asegurando lentamente su posición como señor hereditario del condado de Castilla, llegando a gobernar un extenso territorio desde el mar Cantábrico hasta más al sur del río Duero.

El conde Fernán González aparece por última vez en la documentación medieval en agosto de 969 según consta en cinco diplomas que están calendados por rex Ranimiro in Legione et comite Fredinando en Castella.​ Debió de fallecer entre agosto de 969 y el 20 de febrero de 970 cuando ya aparece su hijo García Fernández por primera vez en la datación de un diploma regnante rex Ranimiro in Legione et comite Garsea Fredinandez in Castella.​

Su vida y hechos fueron magnificados en un poema anónimo, el Poema de Fernán González, escrito entre 1250 y 1271, y conservado en una copia incompleta del siglo XV. Aunque «...ha pasado a la historia como el primer conde independiente o como el primer conde soberano de Castilla» no existe «ni un solo testimonio histórico que atestigüe esa presunta independencia y segregación de la monarquía leonesa» y la primera vez que se menciona tal independencia o soberanía fue en la Crónica najerense, redactada unos doscientos años después de la muerte del conde, que, al describir su genealogía, dice que «fue el primero que sacó a los castellanos del yugo de la dominación leonesa (...) según se dice», en clara alusión a los cantares juglarescos.​

Los restos de Fernán González fueron enterrados en el monasterio de San Pedro de Arlanza y posteriormente trasladados en 1841 a la colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias junto con los de su esposa Sancha.




2018-05-08 Ins. F. González - Dr. D. Martín Almagro Gorbea, temas celtas

Interesantísima exposición en la diputación de Burgos a manos de Almagro Gorbea. Uno de los mas destacados estudiosos del celtismo en la península ibérica. En ella se establece una conexión céltica entre la épica castellana de los cantares de gesta de los infantes de Lara, Cantar de CID o el poema de Fernán Gonzalez, con el mundo mitológico celta. 

 Si Bien Almagro Gorbea no desmiente con esta teoría la anterior de Menendez Pidal, quien establecía un origen germánico en toda la épica Castellana, incluso en su cosmovisión del mundo. Sino que aporta una nueva fusión. Es decir, la heroicidad castellana épica medieval, no toma identidad solo del elemento germánico, sino tanto del germano llegado en el siglo V como de elementos célticos anteriores. 

Templo de piedras 2020

Es uno de los lugares mas enigmáticos que encontré en mis innumerables paseos por las montañas. Un lugar que llamó mi atención por su estructura. Algo que parecía creado a propósito con alguna finalidad concreta. Supongo que a todos los que estaréis viendo esta foto el lugar os recordará a un dolmen. En efecto, eso mismo trajo a mi mente cuando me topé con el.

Desde ese momento he ido innumerables veces a visitar el lugar, solo la mayor parte del tiempo, a re encontrarme con migo mismo. Otras con amigos a los que les he enseñado el sitio, testigo de algunas ceremonias paganas. Incluso mis primos pequeños cuando eran niños subieron al "dolmen de las brujas" como le llamaban, para correr aventuras en esa edad donde cada momento de la vida supone una aventura fantástica en tu cabeza (juventud divino tesoro).

Ahora las rocas se visten blancas con las últimas nevadas caídas en la sierra, dando un aura mucho mas mística y mágica al entorno. No puedes dejar de pensar que acontecimientos pasados sucedieron aqui. Que vieron esas piedras en tiempos pasados, de que fueron testigos... un misterio que no podremos solucionar en esta vida.  


martes, 14 de enero de 2020

La batalla de Ain Yalut

La batalla de Ain Yalut (en árabe عين جالوت) ocurrió el 3 de septiembre de 1260 y enfrentó a los mamelucos egipcios con los mongoles establecidos en Palestina, en el Valle de Jezreel en Galilea, al norte de la actual Israel.

Esta batalla es considerada un acontecimiento de gran importancia por muchos historiadores, pues fue la primera vez que los mongoles fueron derrotados. ​Hulagu Khan, gobernante del Ilkanato, nunca pudo vengar la derrota sufrida, y en subsiguientes expediciones, solo pudo vencer a los mamelucos en una ocasión. Así se detuvo el avance mongol en Oriente Próximo y se derrumbó el mito de la invencibilidad de los mongoles.​

Tan pronto como fue elegido jaghan en 1251, Möngke se dispuso a ejecutar el plan de conquista mundial concebido por su abuelo, Gengis Kan. Para la tarea de someter a las naciones del occidente, eligió a su hermano, Hulagu.

Hulagu armó el que quizás es el ejército más numeroso en la historia del Imperio mongol (de más de 120 000 hombres).4​ Esta labor le tomó cinco años, razón por la cual recién en 1256 estuvo listo para iniciar las invasiones. Desde Persia, Möngke le dio instrucciones a su hermano de que se dirigiera al sur y subyugara el Califato abasí de Bagdad; de ahí tendría que ir a Palestina, y luego a Egipto, para enfrentarse al Sultanato mameluco. Möngke también le ordenó a su hermano que tratara bien a quienes se sometieran sin resistencia, pero que aniquilara a quienes se negaran a hacerlo. Los nizaríes, de Persia, estaban tan intimidados por la reputación de Hulagu que no opusieron resistencia. Sin embargo, el invasor los masacró y continuó su ataque contra lo que quedaba del Califato abasí.

Se dice que al califa abasí Al-Musta'sim se le ofreció la oportunidad de rendirse, pero que decidió desafiar a los mongoles, asegurando que Alá los castigaría si se atrevían a atacarlo. Ni siquiera se molestó en reclutar un ejército de musulmanes leales para defender Bagdad o fortalecer las defensas de la ciudad. Así, dirigidos por Hulagu, los mongoles capturaron y destruyeron Bagdad en 1258, y llevaron a cabo una matanza que diezmó la población

A continuación, el ejército de Hulagu partió a la conquista de Siria. Los mongoles estaban aliados con los francos del Principado de Antioquía y el Reino armenio de Cilicia, y conquistaron junto con ellos las ciudades de Alepo y Damasco.5​6​ Sitiaron Alepo en enero de 1260 y la ciudad cayó poco después tras una heroica resistencia, el 25 del mes.7​8​ Fue arrasada por los vencedores —los armenios quemaron la gran mezquita y se derribaron las murallas de la ciudad—,​ que continuaron su avance hacia Damasco, sin que los reyezuelos ayubíes de la zona pudiesen impedirlo; algunos se unieron incluso al ejército invasor.7​9​ An-Nasir Yusuf, señor de Damasco y de Alepo, huyó al sur sin resistir.10​9​ El 1 o 2 de marzo, los mongoles conquistaron la ciudad.11​12​9​ Poco después, enviaron destacamentos que se adueñaron de Naplusa y Gaza, ya en Palestina y cerca del Sinaí.​ El señor ayubí de Kerak aceptó la imposición de un gobernador mongol y otros dos de sus familiares, al-Ashraf —señor de Homs—​ y al-Said —de Subayba— se unieron a las hordas mongolas.​

Como reacción al avance mongol, en diciembre de 1259, en Egipto, Qutuz, jefe mameluco maduro y enérgico, derrocó al joven sultán al-Mansur Nur al-Din Ali y se aprestó a combatir la inminente invasión mongola.13​14​ Baibars, jefe de los mamelucos Bahri enemistados con el nuevo sultán que había participado en el asesinato de su anterior jefe y hasta entonces al servicio del ayubí an-Nasir, abandonó el servicio de este y marchó al sur.​ Disgustado por la falta de oposición de los ayubíes al avance mongol, alcanzó una reconciliación temporal con Qutuz y se unió a sus fuerzas.​ Los mamelucos egipcios se hicieron los paladines del islam, papel que reforzó la legitimidad de su poder en la región y marcó el ocaso de los ayubíes.

Después de estas victorias, los mongoles se prepararon para conquistar Egipto. En el verano de 1260, Hulagu envió embajadores al sultán exigiendo su rendición.11​15​16​ Qutuz respondió matando a los mensajeros y colgando sus cabezas en la puerta Bab Zuwayla de El Cairo.11​15​16​ Mientras Qutuz se preparaba para enfrentar la inminente invasión, Hulagu tuvo que regresar al norte, a Azerbaiyán para participar en la disputa sucesoria que surgió a raíz de la muerte de su hermano, el gran kan Möngke.13​12​9​ El jefe mongol se llevó consigo a la mayor parte de su ejército y dejó apenas uno o dos tumen (entre diez y veinte mil soldados) bajo el mando de su mejor general, el cristiano nestoriano Kitbuqa Noyan.17​13​12​ La reducción de las fuerzas disponibles no disuadió a los mongoles de proseguir su avance hacia el sur, y se dispusieron a conquistar Palestina y Egipto.

Los mongoles buscaron aliarse con lo que quedaba del Reino de Jerusalén, en ese entonces con capital en Acre, pero el papa Alejandro IV no lo permitió. Los cristianos se mantuvieron neutrales en el conflicto, pero estaban seguros de que solo era cuestión de tiempo para que los mongoles trataran de someterlos también a ellos, así que autorizaron al ejército mameluco para que recorriera libremente su territorio,7​ pero a la vez informaron sus movimientos a los mongoles. Los francos del sur, desilusionados por la brutalidad mongola —habían saqueado incluso Sidón—, no solo permitieron el paso de las huestes egipcias hacia Damasco, sino que las abastecieron y con su pasividad aseguraron la retaguardia de Qutuz.7​15​18​ Rompieron así la palabra dada a Kitbuqa, al que habían prometido mantenerse neutrales en la contienda.15​

Convencido de que no podía esperar a que Hulagu regresara al Oriente Próximo con todos sus efectivos, Qutuz decidió marchar con sus hombres al norte para enfrentar a Kitbuqa.13​ Confiaba en que, si lograba vencer, no sólo salvaría los lugares santos del islam (Jerusalén, La Meca y Medina) sino que también asestaría un duro golpe a los mongoles, a quienes se tenía por invencibles. Entonces conseguiría la adhesión de más adeptos a su causa.

El ejército egipcio penetró en Palestina el 26 de julio de 1260 y desbarató la débil guarnición enemiga de Gaza.​ Siguió avanzando hacia Acre​ y luego hacia el interior de Palestina con rumbo a Damasco.​ Según avanzaba se unieron al gran ejército —tal vez de unos cien mil soldados— guerreros beduinos sirios.​ El estallido de una insurrección popular de la población musulmana damascena estorbó los preparativos de Kitbuqa, que alistaba sus fuerzas para marchar al sur a detener el avance enemigo.​ Este contratiempo permitió a los egipcios aprestarse a elegir el campo de batalla y preparar sus fuerzas en Galilea y esperar la llegada del enemigo.7​ En agosto Qutuz, tras marchar paralelo a la costa con rumbo norte, alcanzó Acre y acampó a sus puertas.18​ El 2 de septiembre, cuando se enteró de que Kitbuqa había cruzado el Río Jordan y penetrado en Galilea, Qutuz marchó a sureste a través de Nazaret y dispuso sus fuerzas en el paraje conocido como «pozas de Goliat».

Los ejércitos enemigos acamparon en Palestina en julio de 1260 y se encontraron en el Ain Jalut (el Pozo de Goliat) el 3 de septiembre,7​15​18​ con cerca de 20 000 soldados por bando. Según Kirakos, historiador armenio del siglo XIII, había muchos armenios y georgianos en las filas de Kitbuqa.​ Según otro historiador armenio llamado Smpad, cerca de quinientos soldados armenios acompañaron a los mongoles.​ En cualquier caso, a estos les acompañaban contingentes de las dos nacionalidades.​ Los dos ejércitos tenían composiciones parecidas: lo más selecto de ambos consistía en unidades de arqueros a caballo, acompañada de infantería de menor calidad y unidades de caballería de los aliados, menos disciplinada y fiable.​ En el caso egipcio, al núcleo de caballería mameluca lo acompañaban los peones egipcios, numerosos pero mal armados, caballería beduina y turcomana y fuerzas de algunos aliados ayubíes y otros kurdos.​

Qutuz planeó el cerco de las huestes enemigas: ocultó el grueso de sus tropas y dejó como cebo a unas cuantas unidades al mando del mameluco Bahri Baibars, que mandaba la vanguardia del ejército.​ Había apostado a sus fuerzas en terreno alto y con el sol a sus espaldas, lo que le otorgaba cierta ventaja.26​ La llanura de Esdrelón, lugar se libró la batalla, se inclina en esa zona hacia el este, de donde venían los mongoles, lo que obligaba a estos a cargar cuesta arriba, mientras sus enemigos avanzaban con la pendiente a favor.27​ Los mongoles, llegados a toda prisa y mal informados de la disposición de las fuerzas enemigas, acometieron con denuedo a las fuerzas de Baibars, que realizaron una falsa retirada.7​25​ El feroz embate mongol desbarató la izquierda mameluca.​ Pero Qutuz reanimó a sus tropas y emprendió un exitoso contraataque junto con reservas de caballería que había ocultado en los valles cercanos.​ Los mamelucos lograron rodear a las fuerzas mongolas, a las que superaban en número.​ La añagaza mameluca había atraído a los mongoles a las ciénagas. ​ El ejército mongol se vio obligado a retirarse, y Kitbuqa fue capturado,26​ decapitado​ y su cadáver desmembrado. Muerto su jefe los mongoles trataron de abandonar el campo de batalla y concentrarse en Beit She'an, pero fueron derrotados de nuevo por las fuerzas encabezadas por Baibars, que a continuación los persiguió.​ Los jinetes mamelucos lograron derrotar a los mongoles en el combate cuerpo a cuerpo, hazaña nunca antes realizada. Los supervivientes y los soldados de las guarniciones de las ciudades conquistadas trataron de retirarse inmediatamente de la región, pero muchos cayeron perseguidos tanto por las fuerzas mamelucas como por bandas de árabes y turcomanos, que los hostigaron.​

Es importante mencionar que el ejército mameluco que peleó en esta batalla fue creado específicamente para enfrentar la invasión mongola. La gran mayoría de los soldados eran indígenas túrquicos o esclavos circasianos que habían sido vendidos en Constantinopla al sultán de Egipto y que habían sido entrenados cerca del río Nilo. No sólo eran grandes jinetes, sino que estaban familiarizados con la forma de guerrear en las estepas y con las tácticas y armas de los mongoles. Luego de un tiempo, Egipto se convirtió en un país cuyo propósito era esencialmente mantener un ejército para defender Tierra Santa.

La batalla de Ain Jalut, junto con las invasiones de los mongoles a Japón, probablemente marcó el inicio de la caída del Imperio mongol. La batalla también es famosa por ser la primera, hasta donde se sabe, en la que se emplearon cañones explosivos (midfa en árabe). Dichos cañones fueron utilizados por los mamelucos para asustar a los caballos mongoles y causar desorden en las filas enemigas. La composición de las pólvoras usadas fueron descritas luego en manuales militares árabes del siglo XIV.

La trascendencia de la victoria mameluca fue más política y psicológica que militar: detuvo temporalmente la invasión mongola, pero no impidió que las hordas realizasen varias ofensivas en los años posteriores; sí otorgó, por el contrario, gran prestigio a los mamelucos como campeones del islam y vencedores de los casi imbatibles mongoles. 26​ La consecuencia inmediata de la batalla, sin embargo, fue que los mamelucos se adueñaron de Siria: el 8 de septiembre entraron en Damasco, donde se los acogió con alborozo, y a principios de octubre se apoderaron de Alepo.​ Baibars quedó encargado de perseguir a las fuerzas mongolas que se retiraban y de expulsarlas de Siria.​

Luego de la victoria, camino de regreso a El Cairo, Baibars mató a Qutuz en octubre para vengar el asesinato de su amigo Aktai —o bien porque el sultán no le había concedido los señoríos sirios que había solicitado—, y se convirtió en el nuevo sultán.​ Sus sucesores lograrían mantener sometidos a los Estados Cruzados que restaban en Palestina hasta . Por su parte, los mongoles fueron derrotados de nuevo en la primera batalla de Homs en menos de un año y terminaron siendo expulsados de Siria.

Los conflictos internos del Imperio mongol impidieron a Hulagu reunir un ejército capaz de derrotar a los mamelucos para vengar la derrota de Ain Jalut. Berke, kan de la Horda Azul de Rusia, se había convertido al islam y vio con horror como su primo ejecutaba al califa abasí, que, en su opinión, era cabeza espiritual del islam. Según el historiador musulmán Rashid al-Din, Berke envió un mensaje a Möngke kan, reclamándole por el ataque a Bagdad (aunque no sabía que Möngke acababa de fallecer en China). Le dijo: «Ha saqueado todas las ciudades de los musulmanes y ha causado la muerte del califa. Con la ayuda de Alá voy a llamarlo para que responda por tanta sangre inocente».​ Los mamelucos, que por medio de espías se enteraron de que Berke era converso musulmán y enemigo de su primo, intentaron estrechar sus lazos con él y su reino.

La gran mayoría de los soldados mamelucos eran túrquicos o circasianos y la Horda Azul de Berke estaba conformada casi exclusivamente por soldados túrquicos. Por eso, los soldados de Berke tenían más en común con los mamelucos que con los mongoles chamanistas que seguían a Hulagu. Los mamelucos se beneficiaron enormemente de su alianza con Berke, ya que éste siempre supo proveerles esclavos túrquicos para engrosar sus filas. Además, Berke siempre incursionó dentro del territorio del Ilkanato, evitando así que Hulagu reuniera un ejército lo suficientemente poderoso como para derrotar a los mamelucos.