viernes, 22 de febrero de 2019
jueves, 21 de febrero de 2019
Funkenburg 531
Los días 1. Y 2. de junio de 2019 se celebrará por segunda vez la batalla por el castillo de west greuße. Regresa el mundo tardo antiguo del siglo VI en el evento de Funkenburg 531.
Lo cierto es que la tardo antiguedad es un tesoro por descubrir dentro del mundo recreacionista, el cual ha sido en parte eclipsado por el mundo vikingo.
Estudio de sacrificios celtas en la península ibérica. Por Manuel Alberro
No
existen evidencias plausible alguna de que los celtiberos realizaran
sacrificios humanos, y si existieron, se cree que ello fue algo excepcional
(Marco Simón 1999: 11, y passim).
Plutarco
(Tib. Grac, V) y Frontino (Strateg. III, 11, 4) descrien sacrificios públicos realizados
por los celtiberos. En algunas necrópolis se han hallado ofrendas en cerámica y
animales sacrificados que han sido considerados como restos de un banquete
funerario (Sopeña 1995: 246-247, y 2004; Lorrio 1997: 338-340). Berrocal-Rangel
presenta también detalles de sacrificios de animales aparentemente destinados a
un banquete comunal realizado por los celtici que habitaban en la zona de
Castrejón de Capote (1994; 245-569). Un casi muy conocido es el de los Cantabri
Concani descrito por Horacio (Cam. 3, 4, 34) y por Siloo Itálico (3, 361),
quienes según estos autores clásicos bebían ritualmente la sangre de caballos que
sacrificaban.
Tanto
la descripción de Cabeco das Fragoas como la de Marecos, Peñafiel, Oporto,
muestran la práctica de sacrificios bóvidos, ovidos descrita en antiguos
pueblos indoeuropeos. Tambien aparecen sacrificios de animales e individuos
realizando esos sacrificios en varias piezas de bronce halladas en varios
lugares del NO de la Península, en Duratón, Segovia y en Portugal en Monte da
Costa Figueira. Y hallazgos de huesos de animales procedentes de sacrificios
rituales han sido encontrados en Garvao , Portugal. Los cuernos de venado
hallados dentro de las murallas de Blacos, Soria, podrían indicar una forma de
sacrificio animal con intención de proteger a la ciudad. Y en la localidad
vaccea de la antigua Pintia, en las Qintanas, Padilla del Duero, Valladolid,
aparecen depósitos de perros, gatos, ovejas y cerdos (Lorrio 1997ª: 337-40;
Marco Simón 2004).
Este
tipo de sacrificios era algo corriente no solamente entre los celtas sino
tanmbien en otros antiguos pueblos indoeuropeos. Recientes hallazgos
arqueoloógicos en Suecia, por ejemplo, muestran la detección de numerosos
huesos animales procedentes sin duda alguna de sacrificios, en un contexto
conectado con el elusivo componente del paisaje cultural: el de los santuarios al
aire libre. Esto ocurrió en 1980 en el islote de Froso en medio del Lago
Strorjon, cerca de la localidad de Ostersund, en el N de Suecia. Allí se
excavaron los restos de un bosquecillo sagrado de la época vikinga que incluían
una amplia cantidad de huesos de animales que fueron datados en el 920 D. C.
Los
animales eran osos, alces, renos y ciervos machos, ovinos y caprinos, ardillas,
perros y caballos (Price 2002:61).
Las
ofrendas votivas, en especial las aras, son bastante más abundantes en el NO de
la península que en las regiones celticas del interior. Y se han realizado también
hallazgos de monedas amontonadas que contienen además elementos iconográficos que
sugieren un carácter votivo. Entre ellas se han destacado las de Salvacañete,
Cuenca, que datan de ca. 100 a. C, y el norme depósito hallado en el Río
Burejo, en las inmediaciones de Posoraca, hoy Herrera de Pisuerga.
En
la provincia de Palencia se han hallado también un toro de bronce con características
que indican que fue probablemente utilizado en ceremonias religiosas (Lorrio
1997 a: 337-40; Marco Simón 2004). El arqieologo Luis Berrocal Rangel , como se
ha indicado en la sección “SO de la península Ibérica” de esta obra, ha
realizado en el castro de Castrejon de Capote (Badajoz) excavaciones que dieron
como resultado el hallazgo de un edificio II d. C. donde se celebraban
sacrificios de animales que eran seguidamente sonsumidos ritualmente por los
presentes (Berrocal Rangel 1992: 194-200;ibid, 1994: 263-66). Este mismo autor
señala la posibilidad de que hallazgos como los de Garvao, el Armarejo,
ALhonoz, o Peña Negra de Crevillente pudieran indicar también la utilización de
esas estructuras para la celebración de banquetes rituales como el arriba
señalado (Berrocal 1994, 276).
MANUEL ALBERRO - Los celtas en la península Ibérica - Editorial Toxosoutos 2008
miércoles, 20 de febrero de 2019
martes, 19 de febrero de 2019
Sobre el origen del termino Castilla y el gentilicio Castellanos.
He
hablado ya de la teoría de los profesores A. Barbero y M Vigil recogida por
Aniano Cardiñanos en su libro acerca de los orígenes de Castilla. En él se
detalla como los visigodos re utilizaron una zona defensiva construida por los tardo
romanos para defender la frontera o lindes norte del imperio contra los
belicosos vascones y cantabrones del siglo III y IV. Este sistema, el cual como
ya se ha tratado, fue a su vez re inventado por los bizantinos en el sur de la
península ibérica y en las zonas bajo su influencia militar (según Aniano
Candiñano), y usado por los visigodos del rey Wamba en el pirineo contra la rebelión
del conde Paulo. Se basaba en una primera línea de plazas fuertes o fortalezas
denominadas castella o castra. Situadas preferentemente sobre vías de paso
comerciales, o desfiladeros. Zonas en definitiva a ser vigiladas y controladas
a los que se denominaban clausurae.
Curiosamente
estas fortalezas tenían asignadas tierras que cultivaban los soldados para
autoabastecerse durante sus largas estancias en la zona. Pues los ejércitos o
destacamentos destinados al limes, a la frontera, ocupaban los lugares por
grandes espacios de tiempo. Una de las peculiaridades de estos lugares, residía
en que si bien eran fuertes militares, solían terminar por reunir habitantes de
los alrededores.
A cierta distancia y por detrás, se situaba una segunda línea integrada
por ciudades y poblaciones humanas más pequeñas defendidas por guarniciones más
numerosas, es decir, lo que se conoce con el nombre de “doble limes”. Estableciéndose
por tanto una doble frontera defensiva encabezada por fortalezas únicamente de carácter
militar llamadas ya en tiempos de los tardo romanos castella, en torno a las cuales solían habitar pequeñas poblaciones
humanas que cultivaban la tierra, siendo trabajada por los propios soldados
para su propio abastecimiento. Y una segunda línea de frontera defensiva compuesta
por guarniciones militares más amplias y grandes mas vinculadas a ciudades
propiamente dichas.
En
general se pudiera decir que todo era una situación especial única de zona de
frontera, como las propias tropas destinadas eran especiales en su composición
compuestas por soldados regulares designadas bajo la denominación de comitatenses.
Sobre
esto Aniano Cardiñanos nos cuenta “en esa
época se solían nombrar con el apelativo genérico de stratiotai. Con muy
semejantes características estaban los cuerpos tágmata, de barbaros a sueldos
del imperio, que desde el siglo V puede que ya desde finales del IV, se
incorporan habitualmente en los ejércitos de Roma. Estos bárbaros en poco
difieren de los stratiotai, reclutándose principalmente entre pueblos famosos
por su belicosidad, tales como Isaurios, Tracios, Germanos. También colaboran
en la defensa de las fronteras algunas poblaciones bárbaras vecinas, que
combatían a su manera y bajo sus propios jefes a cambio del mantenimiento y una
cantidad de dinero; a estos herederos de los foederati del siglo IV, se les
llamana summajoi. Por último se encontraban los limitaneii, cuerpos cuya
capacidad bélica era muy inferior a las anteriores. Su singularidad yacía
principalmente en la forma esencial de su mantenimiento. Acuartelados en los
castella frouria, de las fronteras.”
Todas
estas tropas compuestas por bárbaros, tracios, romanos, nativos, germanos
situados en los cuarteles de las zonas fronterizas contra cántabros y vascones,
recibían el nombre de castressiani o castellani. Su manutención, como ya hemos
dicho, se basaba principalmente en el cultivo del suelo de
tierras ajenas a sus “castra”, así como la utilización y beneficio de los
alrededores; caza, madera, pesca… es decir, puede decirse que eran
autosuficientes en todos los sentidos, en una época en la que el principal
objetivo del ser humano no eran consumir, sino tener las necesidades básicas cubiertas.
Gracias a ello, estos castressiani, defendían y custodiaban los lindes del
imperio.
Cada
castro o castella estaba bajo regencia de un dux que ejercía su autoridad también
sobre la franja territorial que se extendía más allá de la propia frontera
vigilada, puesto que aun cuando rebeldes, el control del imperio era total y
absoluto en toda la Hispania bajo su dominio.
Seguramente
es muy aventurado asegurar que el origen del término Castilla procede
precisamente de estos lindes, o de estas gentes que formaban los márgenes del lindes.
Grupos humanos que como ya he comentado estaban compuestos por soldados
bárbaros llegados a finales del siglo IV (tracios, germanos sármatas). Aún
restaban muchos años para que se acuñara la primera mención oficial a Castilla en el siglo IX. No
obstante es posible que estos castellani, soldados de los castella fronterizos contra cántabros y vascones, fueran la fuente o la raíz sobre la que se
basaron mucho tiempo después para renombrar Castilla, la tierra de los castillos.
Existiendo nuevamente una zona de frontera, esta vez no contra pueblos montañeses enemigos de roma, sino contra el avance del Islam contra los godos o pueblos cristianos del norte cantábrico; Bardulos, autrigones, caristios, godos, cántabros. Quienes al igual que hace muchos años atrás, y mas recientemente los godos, formaron una zona o linea defensiba compuesta nuevamente por Castellum, Castillos. Cuyos habitantes serán llamados castellanos, los habitantes de los castillos, o de la tierra de los castillos. Termino muy similar al empleado varios siglos atrás por los tardo romanos para nombrar a todos aquellos bárbaros fronterizos de procedencias étnicas diversas originarias de las boscosas selvas de germánia, o los altos montes Carpatos, que como federados del imperio llegaron para defender el limes situado en la misma zona, pero con frente de combate y enemigos distintos.
Es sin duda imposible afirmar o asegurar que esto sea como se dicen, y quizás estemos ante una teoría mucho mas romántica e idealizada que real. Pero lo que parece claro, y poco discutido, es que el nombre de Castilla procede de aquellas fortificaciones romanas, muchas de ellas de origen celta, llamadas castrum, o castellum, de donde derivó Castilla. Por tanto.. como se llamarían los habitantes de los castellum romanos? .
Existiendo nuevamente una zona de frontera, esta vez no contra pueblos montañeses enemigos de roma, sino contra el avance del Islam contra los godos o pueblos cristianos del norte cantábrico; Bardulos, autrigones, caristios, godos, cántabros. Quienes al igual que hace muchos años atrás, y mas recientemente los godos, formaron una zona o linea defensiba compuesta nuevamente por Castellum, Castillos. Cuyos habitantes serán llamados castellanos, los habitantes de los castillos, o de la tierra de los castillos. Termino muy similar al empleado varios siglos atrás por los tardo romanos para nombrar a todos aquellos bárbaros fronterizos de procedencias étnicas diversas originarias de las boscosas selvas de germánia, o los altos montes Carpatos, que como federados del imperio llegaron para defender el limes situado en la misma zona, pero con frente de combate y enemigos distintos.
Es sin duda imposible afirmar o asegurar que esto sea como se dicen, y quizás estemos ante una teoría mucho mas romántica e idealizada que real. Pero lo que parece claro, y poco discutido, es que el nombre de Castilla procede de aquellas fortificaciones romanas, muchas de ellas de origen celta, llamadas castrum, o castellum, de donde derivó Castilla. Por tanto.. como se llamarían los habitantes de los castellum romanos? .
En la época tardo antigua del imperio romano, los lindes fronterizos que limitaban la zona romana de la zona bárbara del cantábrico, estaban defendidas por fortalezas llamadas castellum. Sus soldados, normalmente mercenarios bárbaros llegados de la Gérmania o las tierras Tracias eran conocidos como Castellani, habitantes de los castellum
Una zona fronteriza de fortalezas para controlar el norte de Hispania frente a los cántabros y Vascones
En
el año 1965 los profesores Albilio Barbero y Marcelo Vigil, retomando ideas
anteriores, publican un trabajo titulado “Sobre los orígenes sociales de la
reconquista: cántabros y vascones desde finales del imperio romano hasta la
invasión musulmana”. Este estudio fue publicado primeramente en el “Boletín de
la Real Academia de la Historia ; CLVI, cuad II Pags. 271 – 339. Actualmente
está recogido en el trabajo sobre los orígenes sociales de la reconquista,
Barcelona 1974,pp 11-104.
El
trabajo de los profesores Albilio Barbero y Marcelo Gil estaba llamado a tener
hondas repercusiones en la historiografía que se ocupa de la antigüedad tardía
en el norte peninsular. Resumimos a continuación, y en el siguiente capítulo,
algunas de las teorías defendidas por ambos investigadores.
Los
dos profesores trataban de establecer de manera concluyente que a finales del
imperio romano la región de los cántabros y vascones no había sido asimilada
totalmente por el imperio ni por el orden social que éste representaba. La
crisis general del imperio romano en sui parte occidental facilitó la
independencia de estos pueblos septentrionales, cuya oposición al orden social
dominante se vería fortalecida por las revueltas armadas campesinas. Esa
situación se tradujo en una actitud hostil de independencia de los habitantes
de estas regiones, lo que daría lugar a que Roma mantuviera guarniciones militares
en la zona, formando una línea de defensa frente a esos pueblos a la que
denominan “Limes Hispanicus”. Este “limes o frontera fortificada estaría
guardada por tropas limitaneii, no solo en España, sino también en Francia.
Fundamentaban
esta teoría en unos pasajes de la Notitia Dignatum, o catálogo de los cargos
civiles y militares del bajo imperio romano y fuente principal para el estudio
del ejercito romano en este periodo, donde se da una relación de unidades
militares asentadas en la peínsula, cuya fecha de redacción, según diferentes
propuestas, oscila entre el último tercio del siglo IV y elk primero del V.
Según
esta Notitia Dignitatum, tras las reformas militares llevadas a cabo por
Diocleciano (284 – 305) y Constancio (307 – 337), el ejercito romano quedó
estructurado en dos tipos de tropas: móviles o comitatenses, bajo el mando de
un comes. Y Limitanei o tropas de frontera con asentamientos fijos,
distribuidas en destacamentos equivalentes a las antiguas cohortes, y bajo el
mando de un Magister Militum praesentalis.
Pues
bien, unidades de los dos tipos están asentadas en Hispania a fines de la época
imperial, tal como reflejan dos pasares de la ya mencionada y citada Notitia
Dignitatum. Las tropas comitatenses, al mando de un comes, formaban dieciséis cuerpos;
once auxilia palatina y cinco legiones comitatenses (Notitia, VIII, 118 -134).
Otro pasaje de la misma fuente recoge las tropas de Limitaneii (not, Dig, Occ,
XLII, 24 – 32).
Los
puntos de acuartelamiento, según nos lo presenta la Notitia a fines del
imperio, son los siguientes. En Legion (Leon), continuaba la Legio VII Gemina.
En Paetonio, Rosinos de Vidriales, al norte de la provincia de Zamora, se
hallaba la Cohors II Flavia Pacatiana. La Cohors II Gallica estaba situada en
un lugar no definido ni identificado de Galicia. A continuación se cita la
Cohors Lucensis de Lugo. En quintp lugar se cita la Cohrs celtibera como
trasladada de Brigantia a Juliobriga. Todas las unidades citadas hasta ahora
pertenecían a la provincia de Gallaecia. En las provincias de la Tarraconensis,
en Veleia, actual Iruña, estaba la Cohors Gallica.
El
cerco a los cántabro – vascones se completaba con el establecimiento de la
Cohors Nouempopulana de Lapurdum, actual Bayona, en Francia. Ciudad que se
fortifica en el siglo IV.
Del
estudio de la organización militar romana en España y en Novempopuania en el
siglo IV y principios del V, se llega a la conclusión que la distribución de
estos destacamentos se nos presenta como un cerco alrededor de los cántabros y
vascones, prueba evidente de que estos pueblos eran considerados como
poeligrosos por las autoridades romanas, razón por la que Roma se esforzaba por
controlar politica y militarmente el territorio fronterizo por medio de su ejército.
Para ello se vio obligado a establecer una serie de destacamentos militares
integrados por tropas fronterizas que constituían una verdadera zona de
frontera (limes) al rededor de Cantabria y Vasconia.
Los Origenes de Castilla (Aniano Cadiñanos López-Quintana - El problema del limes Hispanicus a fines de la época imperial)
El
sistema continuó utilizándose en el tiempo de los visigodos, para establecer
igualmente una zona fronteriza de defensa frente a los pueblos de las montañas.
Esta idea, si bien no está absolutamente constatada, si es posible y nutre su
teoría de la Historiae Wambae. Donde
se narra durante los conflictos de rebelión del conde Paulo, como el rey godo
establece en los pirineos una serie de focos de vigilancia amurallados para
guardar los puestos utilizando una vieja política de defensa ya empleada por
los bizantinos contra los vándalos. Para los profesores Albilio Barbero y
Marcelo Vigil, es más que probable que los visigodos utilizaran la misma política
que ya habían empleado para controlar los pasos en los pirineos, en los montes cantábricos.
Esta vez con el objetivo de controlar una frontera frente a los rebeldes del
norte.
Esta
teoría tiene a día de hoy, como ya he dicho, tantos detractores como seguidores,
en cualquier caso es más que probable que las fortalezas tardo imperiales
fueran usadas por los visigodos como puestos de guardia para su campañas contra
los pueblos del norte, fueran puntualmente en momentos concretos, o como
pretenden los citados profesores, como cuarteles permanentes donde ejércitos visigodos
se establecían durante largo tiempo para reaccionar en caso de ataques o
saqueos por parte de los montañeses.
Ejemplo de romanos tardo antiguos, muy diferentes a los típicos romanos imperiales de las películas. Los godos y otros pueblos vándalos utilizaron una similitud militar muy aproximada a ellos, si bien con algunas particularidades propias de los pueblos germánicos de las culturas del Rhin
Castillo / Fortaleza de Tedeja desde el siglo III hasta el XI.
Tedeja,
ese viejo castillo de la no menos vieja, arcaica y ancestral región de Burgos,
en una época en la que Burgos, y la propia Castilla no existían como tales. En
realidad y para ser exactos, Tedeja no es un castillo, sino una fortaleza que
posiblemente hospedara en su interior, y tras una importante muralla, una
ciudadela con algún que otro puesto de guardia militar. Puede por tanto que
estemos hablando de una de las principales y mas antiguas, sino la mas antigua
y quizás original fortaleza, o torre fortificada de Castilla la vieja, l
Castilla del Norte.
Muchos
datan el castillo de Tedeja en torno al siglo V, extendiéndose en su uso hasta
el siglo XIV. José Angel Lecanda estima que posiblemente se tratara de un
puesto de control propio del mundo tardo antiguo, más concretamente y por las
fechas, tardo romano del siglo III. En el libro “Condado de Castilla” de Frat
Justo Pérez de Urbel, se asegura que el fundador del castillo fue Don Pedro el
godo, duque de Cantabria muerto en el 740 y suegro de Pelayo, el primer rey de
la monarquía Asturiana.
Para
Hauberto Hispalensis de Gregorio de Argaiz, los refugiados godos del duque
Pedro de Cantabria se replegarían en Tetelia tras la caída de Amaya frente a
los musulmanes que invadieron la península tras la victoria contra Ruderico en
Guadalete (año 711). Utilizando la fortificación y en general toda la zona,
como una especie de cerrojo que cerraba el desfiladero y salvaguardaba la zona
del valle de Tobalina. Se transformó por tanto en una especie de “último
Bastion” de resistencia visigodo en la zona norte contra el invasión y sus
huestes militares llegadas desde África.
Así
fue al menos durante unos cuantos años, facilitando la huida de Toledo de los
últimos espatarios godos ante el avance del islam, entre los que posiblemente
se encontraba Pelayo, No es casualidad por tanto que a mitad entre la leyenda y
la realidad, se piense que el lugar pudo ser panteón de algunos de los reyes visigodos.
De
cualquier forma y aun cuando se le atribuye un origen anterior a la alta edad
media, cosa que yo personalmente comparto. Incluso viendo la zona geográfica en
la que se construyó me atrevo a asegurarle un origen dentro del grupo de
poblaciones celticas, o celtizadas del norte de Castilla, pues a simple vista
se aprecian coincidencias palpables con los típicos oppidas fortificados
construidos en montes o cerros para facilitar su defensa.
Muy posiblemente, y dada la elección del lugar para construir la fortaleza. Esta fuera previamente un asentamiento de tipo oppida de los pueblos célticos que llegaron a esa primitiva Castilla aun por nacer
De
cualquier forma como decía, la primera referencia que se tiene de él procede
del año 790, cuando se le menciona en una donación del abad Alejandro de
Quelino al monasterio de San Juan de Cillaperlata, el cual se encuentra “in
locum qui dicitur cellaprelata subtus Tetelia”. Cierto que el documento es
posterior al Siglo V pero tiene un valor indiciario ya que los datos
arqueológicos conocidos para este monasterio evidencian, para sus fases iniciales,
un contexto avanzado del siglo VIII o quizás de principios del IX.
Es
a partir de esta referencia cuando se suceden las mismas de forma continua
desde el siglo X hasta XIV, cuando el rey Enrique II de Castilla cede sus
derechos a Pedro Gómez de Porras
En
este texto que escribo, me centraré únicamente en su época más antigua y alto
medieval, ya que en parte son las épocas en las que centro gran parte de mis artículos
y estudios, intentando con ello potenciar y dar a conocer la sociedad civil y
militar de aquella Castilla primitiva, mas semejante a la vieja Normandía,
Francia o Inglaterra de los sajones, que a la Castilla erróneamente identificada
con órdenes militares, templarios y caballeros en lujosas armaduras. Esos
hombres, y modas, aun tardarían muchos siglos en llegar a todas estas tierras.
En el siglo XI, y en general en toda la alta edad media hispánica. Los caballeros y ropas civiles, si bien es cierto que con determinadas peculiaridades, no distaba mucho de los ropajes de otros reinos europeos como sajones, francos, o normandos.
En
los siglos III hasta el V, año impactante e importante en la historia de
España, pues se pone fin a la época del mundo romano iniciándose la era de los
bárbaros, atravesando varias tribus germánicas los pirineos en el año 409. La
zona estaba compuesta por diferentes castros como Nocedo (Navagos), la Quintana
(Rosales), Castillo (Rosio) o San Pantaleón. Todas esas viejas fortalezas
posiblemente ya convertidas en pequeñas villas bajo imperiales, estaban
vigiladas por turris o torres tardo romanas, dentro de las cuales una de ellas
sería el Castillo de Tedeja.
Se
encargaban de controlar y mantener el orden de las vías romanas evitando
inseguridad, bandolerismo, o amenazas exteriores.
Es
importante remarcar el origen de las motas medievales, el cual posiblemente se
encuentre preciosamente en todas estas torres o turris tardo antiguas. Y es que
la similitud es evidente, no por ser utilizadas como lugares de control, sino por
su composición. En ambos casos torres de madera o piedra elevadas, rodeadas por
empalizadas o fosos.
En
el siglo V comienza la construcción de la muralla, y como ya he aventurado, es
precisamente en el siglo V, exactamente a comienzos de ese mismo siglo, cuando
Hispania se ve convulsionada por la entrada de Suevos, Vándalos, y Alanos.
Es
entonces cuando comienza a levarse la muralla del recinto, que perduraría hasta
el 711. El lugar fue ocupado por los visigodos entre los siglos V al VIII. La
zona se ve reforzada por la presencia de monasterios que buscarían la protección
del lugar, como Santa María de los Reyes godos. Lugar que bien pudiera ser panteón
de reyes o nobles en la antigüedad.
La
zona sigue bajo control visigodo hasta la llegada de los musulmanes, los cuales
si bien es cierto que ejercen un dominio muy corto de la zona, y en general de
toda la Castilla Norte (711 – 745), no menos cierto es que re utilizaron el lugar
con fines militares.
La
fortaleza, más bien la muralla, resistió las aceifas musulmanes en los siglos
que estaban por llegar. Vio nacer a los condes de Castilla dentro del contexto histórico
de la leyenda de los condados y condes, y en el siglo XI (1028 al 1054) cambio
de regencia al incorporarse la zona al reino de Pamplona en una donación del
rey navarro Garcia Sanchez III de Najera a su mujer Estefanía de Foix. En esa
época el señor del castillo de Tedeja era Fortún López. A su vez se nos informa
de un tal Galindo Bellacoz de Colindres, quien controla la regencia del alfoz
de Tedeja en 1054.
En
el XI la tendencia de Tedeja toma el nombre de su castillo, siendo la zona mas
norteña del valle de Valdivielso y su castro. Es muy probable que la tendencia
de Tedeja comprendiera los alfoces de Campo Redondo, Ciguenza, Medina, Torres,
Mijangos, Los Butrones, El valle del Valdivielso y el valle de Caderechas, cada
uno de ellos con su correspondiente elemento defensivo. Fuera este castillo, o
mota fortificada.
Muralla fortificaza de Tedeja, en la que se puede apreciar fácilmente similitudes con las fortalezas celtas de tipo oppidas. Situadas en elevaciones de terreno y rodeadas de murallas de piedra ya desde la edad del hierro
Un grupo de nativos esconeces pide permiso legal para oficializar tradiciones paganas
Un grupo de natiuvos esconceses paganos, quieren adorar a los viejos dioses en un campo fuera de una aldea escocesa. Actualmente están buscando permiso del consejo. Necesitan un "certificado de legalidad" para que sigan sus creencias en paz y sin temor de que estén "siendo observados". El grupo espera usar la tierra en el borde de Monikie, justo al norte de Dundee, para ocho festivales estacionales en el calendario Pagano. Jan Steel, que es propietaria del terreno en Angus, ha presentado la solicitud de uso temporal para "reuniones religiosas al aire libre", pero dijo que sentía que se había visto obligada a hacer una oferta de planificación formal por parte de la autoridad debido al enlace pagano. “Esto es un desperdicio de un pedazo de tierra; se ha sentado por más de 40 años y queríamos hacer algo con eso ", dijo. “La razón por la que sentí que tenía que ir para obtener un certificado de legalidad era que cada vez que estábamos en él por cualquier cosa nos sentíamos vigilados. “La gente se pone un poco recelosa cuando ve algo que no está en la norma. “Si ven a 10 o 15 personas alrededor de una hoguera, tomados de la mano, obtienen todo tipo de ideas.
"Si tuviera que eliminar por completo mi sistema de creencias y simplemente me reuniera allí con mis amigos para una barbacoa, ¿habrían insistido en un certificado de legalidad?" La información de respaldo presentada por su agente de planificación establece los ocho festivales en el Calendario pagano, pero la señora Steel dijo que dudaba que se celebraran más de un puñado de reuniones durante el año. Ella dijo que hay un núcleo de seguidores paganos en el área de Tayside y Fife, pero muchos continúan manteniendo sus creencias privadas para evitar la controversia. "En realidad, mucha gente pagana no sale, es como si estuvieras en el armario de la escoba", agregó la Sra. Steel.
"Estoy muy feliz de salir como pagana, pero hay otros que no lo son y mi mensaje sería que cualquiera es bienvenido a venir y ver cómo funciona el paganismo.
"Básicamente es sentarse alrededor de una fogata contando historias, pero no quería que hubiera un problema con esto porque no sabíamos quién podría saltar de los arbustos". "Quería asegurarme de que todo lo que estaba haciendo en un terreno que tenía fuera del tablero", dijo la Sra. Steel. La oferta de planificación tiene una fecha límite de determinación del 11 de abril. Los paganos no tienen edificios reservados para el culto y las ceremonias tienen lugar en una variedad de lugares al aire libre.